El aumento de los casos de un virus, el zika, que podría causar defectos en el feto está sirviendo a las organizaciones abortistas para luchar contra los últimos regímenes que defienden la vida del no nacido.
La Organización Mundial de la Salud -sí, ese organismo dependiente de la ONU que nos alertaba contra el bacon y nos quiere poner a dieta de insectos- acaba de declarar una emergencia sanitaria mundial. Se trata de zika, un virus que trasmiten los mosquitos y que, si bien no es muy grave en la mayoría de los casos para la persona afectada, causa malformaciones en el feto en caso de infectar a mujeres embarazadas, concretamente microcefalia, es decir, una atrofia de la cabeza que suele producir incapacidad, retraso en el desarrollo y, en ocasiones, ataques. La OMS estima que el número de infecciones a escala mundial podría alcanzar los cuatro millones para final de año.