En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Si me conocéis a mi, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto». Felipe le dice: – «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». Jesús le replica: – «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: «Muéstranos al Padre»? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mi, hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mi. Si no, creed a las obras. En verdad, en verdad os digo: el que cree en mi, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre. Y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré». (Juan 14,7-14)
No se puede amar, lo que no se conoce, y como se puede conocer a Jesús a fondo, siguiendo sus consejos» Entrad en las escrituras, que ellas hablan de mí» Y conocer a Jesús es conocer al Padre, aunque como Felipe, tantas veces dudamos, y queremos que Dios se manifieste mas claro, y mayor manifestación de amor, que habernos entregado s su Hijo, sin reservarse nada, es una prueba de amor total.
Ser uno con Jesús como Jesús y el Padre, es lo esencial para el cristiano, pues para hacer las obras de vida eterna, solo es posible como nos indica san pablo, que no soy yo sino Cristo que vive en mí…..nosotros no tenemos obras de vida eterna, El sí.
y si de pronto hacemos obras de vida eterna, es que le hemos dejado hacer en nuestra vida.
Y desde luego, que podamos hacer obras aún mayores, es algo que sobrepasa toda expectativa.
Es tal confianza en nosotros, que dice que lo que le pidamos en su nombre. El lo hará. ! que maravilla!
Así se entiende que haya venido a que tengamos vida, y vida abundante.