En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Dentro de poco ya no me veréis, pero dentro de otro poco me volveréis a ver».
Comentaron entonces algunos discípulos: «¿Qué significa eso de “dentro de poco ya no me veréis, pero dentro de otro poco me volveréis a ver”, y eso de “me voy al Padre”?».
Y se preguntaban: «¿Qué significa ese “poco”? No entendemos lo que dice».
Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo: «¿Estáis discutiendo de eso que os he dicho: “Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver”? En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría» (San Juan 16, 16-20).
COMENTARIO
Todo en la vida consiste en ver o no ver, en verte o no verte Señor. Cuando te veo, cuando mi alma te siente cerca todo lo que me sucede encaja, tiene sentido y hay un porqué y un para qué que ilumina mi vida. La ceguera espiritual se nutre del egoísmo, de la prepotencia, de la vanidad de la egolatría donde el centro de todo soy yo mismo mas cuando te has dejado conocer por mi todo ha cambiado y mis ojos se han iluminado llenándose de alegría, esa alegría que les anticipabas a tus discípulos y que me repites a mí en este dia. Es verdad. Mis tristezas, mis oscuridades, mis preguntas, mis sufrimientos se han transformado totalmente cuando tu has aparecido, cuando te veo actuando en el transcurso de cada dia. Porque tu estas Señor. Porque tu eres desde siempre y serás para siempre y me llevarás contigo al lugar de donde me creaste en el gozo eterno de tu Padre. Al igual que tus discípulos te preguntaban porque no comprendían yo también quiero preguntarte siempre, consultarte siempre mis decisiones, estar unido a ti continuamente en mis pensamientos para no alejarme de tu voluntad porque se que en hacer tu voluntad está la clave de la felicidad. Eso es lo que repito cada día poniendo en mis labios las palabras que tu nos enseñaste: “Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estas en los cielos…hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo…” Mt 6 9 ss Y para hacer tu voluntad primero hay que conocerla y para conocerla no hay otro camino que preguntártela que es lo que hago cada dia cuando me dirijo a ti en mi oración para que se cumpla en mi ese maravillosos salmo: “dije entonces: heme aquí que vengo .Se me ha escrito en el rollo del libro a hacer tu voluntad. Oh Dios mío, en tu ley me complazco en el fondo de mi ser” (Sal 40 8-9).
Te veo Señor en este “poco” que me has regalado porque la vida es un soplo en la grandeza de tus manos. Siempre estás aquí, resucitado en medio de nosotros animándonos, queriéndonos esperándonos en el reencuentro definitivo en el que se cumplirán todos tus designios porque tuyo es el tiempo, alfa y omega, principio y fin de todas las cosas. ¡Te amo Señor!
¡Buen día con El!