<<Pero, ¡ay de vosotros, los fariseos, que pagáis el diezmo de la menta, de la ruda y de toda hortaliza, y dejáis a un lado la justicia y el amor a Dios! Esto es lo que había que practicar, aunque sin omitir aquello. ¡Ay de vosotros, los fariseos, que amáis el primer asiento en las sinagogas y que se os salude en las plazas! ¡Ay de vosotros, pues sois como los sepulcros que no se ven, sobre los que andan los hombres sin saberlo!»
Uno de los legistas le respondió: «¡Maestro, diciendo estas cosas también nos injurias a nosotros!» Pero él dijo: «¡Ay también de vosotros, los legistas, que imponéis a los hombres cargas intolerables, y vosotros no las tocáis ni con uno de vuestros dedos!>> (San Lucas. 11, 42-46).
COMENTARIO
El Evangelio de este día, continuación del de ayer, nos presenta a Jesús desenmascarando la hipocresía del fariseo que le había invitado a comer. Contra ellos, los fariseos y los escribas, encontramos las palabras más duras salidas de los labios de Jesús. A los escribas, según el evangelista Marcos, «les encanta pasearse con amplios ropajes y que les hagan reverencias en las plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquete; y devoran los bienes de las viudas con pretexto de largos rezos», en fin, todo un elenco de culto a la vanagloria y a la vaciedad de corazones sin fondo, «todas las obras que hacen, dice el evangelista Mateo, las hacen para ser vistos por los hombres» (Mt 23, 5-7). No es de extrañar que Jesús los delate, denuncie y ponga a sus discípulos en guardia con ese modo de vivir y de actuar: «Guardaos de los escribas, que gustan pasear con amplio ropaje y quieren ser saludados en las plazas» (Lc 20, 46). Contra los fariseos afirma: «Vosotros, limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro rebosáis de robos y maldades». Les está diciendo Jesús, en palabras del Papa Francisco, que esta gente sigue la religión del maquillaje: de la apariencia, el aparecer, fingir ser, pero dentro… Jesús usa para esta gente una imagen muy fuerte: «Vosotros sois sepulcros blanqueados, bonitos por fuera, pero por dentro llenos de huesos de muerto y podredumbre», como queriendo afirmar: tú puedes hacer todo el bien que quieras, pero si no lo haces humildemente, como nos enseña Jesús, este bien no sirve, porque es un bien que nace de ti mismo, de tu seguridad, no de la redención que Jesús nos ha dado.
Es el camino diametralmente opuesto a las enseñanzas de Jesús: «Vosotros, en cambio, no viváis así. El más grande de vosotros que sea vuestro servidor. Pues el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado» (Mt 23, 8-12). El planteamiento de vida de Jesucristo es diáfano y no se presta a ambigüedades. En una ocasión notando cómo los invitados elegían los primeros puestos, les dijo una parábola que termina con esta recomendación: «Cuando seas invitado, ponte en el último puesto, y así, cuando venga el que te invitó, te dirá: Amigo, sube más arriba. Entonces te verás honrado ante todos los comensales. Porque el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado» (Lc 14, 10-11).
La actitud de los escribas y de los fariseos es la misma, es excluyente porque decían: «Nosotros somos perfectos, nosotros seguimos la ley. Estos son pecadores, son publicanos». En cambio, la actitud de Jesús es incluir. Hay dos caminos en la vida: el camino de la exclusión de las personas de nuestra comunidad y el camino de la inclusión. No es fácil incluir a la gente porque hay resistencia, hay esa actitud selectiva. No juzgar nunca, y decir: Dios sabe: es su vida, pero yo no lo excluyo de mi corazón, de mi oración, de mi saludo, de mi sonrisa, y, si tengo ocasión, decirle una palabra bonita. Nunca excluir.
En el Sermón de la Montaña, Jesús expresa la misma crítica que sirve de comentario: “En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen. Atan cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas” (Mt 23,2-4).