Al repasar la vida de José, nos percatamos de la presencia de una serie de etapas o procesos que estuvieron presentes en el camino de este valiente soñador. Me gustó un artículo que leí, escrito por un comunicador mexicano, en relación con los 7 procesos que existen en la vida de un soñador y de un líder que sirve de inspiración a los demás.
1. El proceso de la envidia
Tienes que saber que todo líder soñador será siempre envidiado por los demás. Es muy incómoda esta parte del soñador, pero tienes que aprender a superarla y a no caer en las trampas y en el juego de las personas que te envidian por la sencilla razón de que tú estás soñando y ellos no.
Nunca se te olvide que siempre habrá personas que no perdonan tu éxito. Resulta muy triste y difícil poder creer esto, pero con el paso de los años compruebas que es verdad. Por eso tienes que aprender a sobrellevar esto para que no pierdas el tiempo queriendo caer bien a todo mundo. José el soñador vivió esto. Una mañana, sus propios hermanos, llenos de envidia, no soportaron más tener a un soñador cerca y quisieron alejarlo lo más posible. Es más, uno de sus hermanos pensó en matarlo; para que veas lo que puede hacer la envidia.
Habrá personas que no soportarán que estés cerca y les compartas tus sueños. Por eso tienes que ser muy cuidadoso de a quién le cuentas tus sueños. Cuéntaselos a personas que te amen y se alegren de tus victorias. Cuando tu sueño llega a las personas incorrectas abróchate el cinturón porque estás a punto de pasar el proceso de la envidia. ¿Cuándo termina este proceso? La respuesta es: nunca. La gran diferencia es que al pasar el tiempo tú ya maduraste y ya no permites que tu corazón se dañe. Bendices a esas personas y no permites que te roben el tiempo que le pertenece a tu sueño.
En este proceso aprendes a TOLERAR y AMAR A LOS QUE TE DESEAN MAL.
2. El proceso de estar más abajo que donde estabas antes de soñar
Esto es muy difícil de entender al principio. Como que estás en un nivel antes de soñar, y justo cuando empiezas a soñar, como que sientes que de pronto te encuentras en un nivel más abajo. Esto le pasó a José el soñador. Justo cuando está soñando, sus hermanos lo llevan a una cisterna, un hoyo para que nos entendamos, y ahí lo metieron.
Esto es muy simbólico; cuando Dios te va a llevar a otro nivel, primero necesita ponerte más abajo. Aquí Dios nos enseña humildad. Un soñador sin humildad es un peligro, es como una suegra vestida con la camiseta de los ultras sur. ¡Imagínate! Este proceso es duro para un soñador, pero muy necesario para que cuando el sueño se haga realidad tú y yo estemos con los pies en la tierra, ubicados, centrados y disfrutando de lo que Dios está haciendo, para poder compartir con los demás todo lo que hemos recibido.
En este proceso aprendes HUMILDAD.
3. El proceso de ser vendido
¡Vaya!, esto sí que duele. Todo líder soñador, en su momento, es traicionado. Es difícil superar una traición, pero es posible. Créelo, es posible. Al mismo Jesucristo le pasó cuando Judas lo traicionó.
José el soñador fue vendido como esclavo a otras personas. Sus propios hermanos lo traicionaron. ¡Qué doloroso! Era como para decir: “¡Esto lo vais a pagar caro!”. Pero no sólo guardó silencio, sino que permitió el proceso.
El verdadero líder soñador, a pesar de ser traicionado, mantiene su corazón sano y limpio, reconociendo que esto es parte del proceso y de la vida. ¡Si no has sido traicionado, es que no has confiado! Un líder soñador tiene que aprender a confiar en los demás. Olvídate si te traicionan o no. Ese no es problema tuyo, tu problema es soñar y confiar.
En este proceso aprendes a NO DEJAR DE CONFIAR NUNCA EN LA GENTE.
4. El proceso de ser tentado
Todos los que soñamos somos tentados. El objetivo es que seamos despojados de nuestro sueño y así lo perdamos todo. Un líder soñador es acosado constantemente por infinidad de cosas que le quieren distraer del propósito original de su vida.
José el soñador fue tentado de una forma muy fuerte. Una mañana, estando como esclavo en la casa de unas personas muy importantes, sus amos, el señor de la casa se fue y se quedó sola la esposa. Cuando José estaba trabajando, la esposa del amo de José se le acercó tanto que la mujer se quedó con las ropas de José en las manos.
Me imagino que esta mujer se le acercó y le dijo: “Hola campeón. ¿Cómo estás, guapo? ¡Qué brazotes tienes!”. Tengo que aclararte algo; muchos piensan que esta mujer era vieja y fea, cosa que yo no creo. Más bien me imagino que era una mujer muy bella, pues la palabra tentación tiene que ver con cosas que te llaman la atención y creo que esta mujer le llamó tanto la atención a José, que José el soñador hizo lo correcto: ¡correr!
Efectivamente, José el soñador corrió y corrió, como diciendo: “¡Ay Dios!, no quiero perder mis sueños por un momento de placer”. Tú necesitas aprender a correr cuando se trate de este proceso. No permitas que una tentación te haga caer hasta el extremo de perder tus sueños, tu fidelidad, tus valores, y sobre todo, ensuciar ese amor que vives por Dios. Vale la pena correr, vale la pena vencer.
Las tentaciones no serán sencillas. Vendrán cosas que te llamen la atención, pero un gran líder soñador triunfa con la gran ayuda de Dios sobre todo lo que venga. En este proceso aprendes a ser fuerte, a no cambiar tu sueño por nada de lo que este mundo te ponga enfrente. Aquí desarrollamos discernimiento. Cuando algo se aproxima desarrollamos un olfato para distinguir a las personas que nos quieren dañar.
Entonces Dios te ve y te dice: «Mi hijo está listo para un sueño mayor que el que acaba de defender”. Sí se puede. José el soñador pudo, muchos han podido, y yo he podido; por lo tanto, tú también podrás.
En este proceso aprendes a PELEAR POR LO QUE VALE LA PENA Y A RESISTIR CUESTE LO QUE CUESTE.
5. El proceso de ser encarcelado
En algún momento todos nos hemos sentido encarcelados. Pero lo peor, es que no sabemos por qué o de parte de quién. Sentimos que no somos dueños de nuestro tiempo, de nuestra vida. Sentimos que no tenemos derecho a nada, mucho menos a soñar.
Te sientes así cuando corres de lo que está tentando tu vida, cuando corres de esas personas que te están persiguiendo para destruir tu sueño, como le pasó a José el soñador. Después de que José el soñador corrió de esa tentación, fue encarcelado gracias a las calumnias de esa mujer. Ya sabes, ¡agárrate porque vendrán mil calumnias!
Sólo ponte a pensar, si José el soñador estaba en la cárcel, y Dios le había dado sueños, eso significa que había sueños encarcelados. La buena noticia es que muchas de las veces Dios lo permite para que esos sueños sean protegidos. Era mejor que lo metieran en la cárcel a que lo hubieran matado. Este proceso lo vivieron muchos grandes de la Biblia: Pedro, Pablo, Daniel, Juan el Bautista y muchos más.
En este proceso aprendes a HACER PAUSAS NECESARIAS PARA REESTRUCTURAR TUS PLANES Y SABER ESPERAR EN EL SEÑOR.
6. El proceso de ser olvidado
¡Cuántas veces te has sentido olvidado por personas que te prometieron mil cosas!, de esas que decían que te iban a ayudar a realizar tus sueños. Esto no dejará de suceder nunca. Sé que te has sentido olvidado, pues a José el soñador también le pasó, así que consuélate.
Un día que José el soñador estaba en la cárcel, metieron a dos presos con él. Estos trabajaban para el rey. Al día siguiente, cada uno tuvo un sueño y José los interpretó. A uno le dijo: “no te preocupes, mañana te cortan la cabeza”, y al otro le dijo: “mañana recuperas tu trabajo”. El que iba a recuperar su trabajo, obviamente muy contento, le dijo: “saliendo de aquí le voy a hablar al rey de ti”.
Imagínate cómo se quedó emocionado José. Si alguna vez alguien llegó a decirte que le van a hablar a alguien de ti, podrás recordar que te quedaste bien contento; pues así le pasó a José. ¿Y qué crees? ¡El tipo ése se olvidó de José por 2 años! Una canción dice: “Me quedo contigo en la tormenta, me quedo contigo y renuevas mis fuerzas, las manos amigas se marcharon con el tiempo, y quedo solo, sé que tú me ayudarás”. En medio de la tormenta Dios está ahí, no lo olvides.
Aquí aprendemos a DEPENDER SOLO DE DIOS, CUANDO TODOS SE OLVIDAN DE NOSOTROS.
7. El proceso de pagar bien por mal
Todo líder soñador hace el bien, sin importar lo que le hayan hecho. Paga bien por mal. Esa debe ser la naturaleza de un líder soñador. Después de que por fin pasó por un largo proceso, José el soñador comienza a vivir su sueño, o mejor dicho, la realización de su sueño, pues el rey le llama y él soluciona los problemas del rey, quien dice: «traedle ropa nueva, ponedle un anillo, y después de mí está él para gobernar el país”.
José el soñador tuvo la oportunidad de vengarse de sus hermanos. Los tuvo enfrente, hambrientos y humillados, y al verlos, con la oportunidad de vengarse, los levantó, les bendijo, les dio de comer y hasta les dio las gracias por lo que le hicieron. Lo que José tenía en menta era: “gracias a que ellos me vendieron estoy aquí”. Da gracias por los que te dan patadas en el trasero, porque con cada patada te impulsan hacia delante.
Este proceso te enseña siempre a HACER BIEN A LA GENTE, PORQUE PARA ESO FUIMOS LLAMADOS.
Conclusión
Si te fijas en estos siete procesos, al referirme a José siempre lo mencioné como “José el soñador”, para que no se te olvide que este proceso lo viven los líderes soñadores más grandes de la historia, y tú no serás la excepción, así que prepárate. Recuerda, cuando estés en medio del proceso no culpes ni responsabilices a nadie. José le pudo echar la culpa a muchos, pero no lo hizo. Tú tampoco lo hagas. ¿Sabes por qué? PORQUE LOS SOÑADORES QUE VIVIERON SUS PROCESOS PERMANECEN SIEMPRE DE PIE.
Onofre e Icíar