“Id y anunciad el evangelio por toda la tierra y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”. (Mt 28, 19-20)
Tú nos elegiste un día. Nos invitaste a dejar de un lado las ataduras que no dejan despegar nuestro corazón del suelo. Tú nos regalaste alas que nos permiten volar y sentir la libertad de ver con distintos ojos la realidad de este mundo. Es ahora el momento; ahora nos toca a nosotros los que guiados por ti saquemos a los hermanos de esta misma realidad. Tú nos confiaste el mundo, nos creaste para vivir atados a la vocación mas preciosa: el amor.
Y abrimos nuestros corazones para que Tú, cada día, nos reveles los detalles de qué tenemos que hacer para cumplir la misión por la que fuimos creados. Y a medida que crecemos en ese conocimiento amamantamos al hombre que, nuevo ya, junto a Cristo camina con paso firme hacia el destino final que es parecerse a Ti.
“Como un joven se casa con su novia, así te desposa el que te construyó; la alegría que encuentra el marido con su esposa, la encontrará tu Dios contigo”. (Is 62,5)
Olga Alonso Pelegrín