Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea.
Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros.»
Al verlos, les dijo: «ld a presentaros a los sacerdotes.»
Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. Éste era un samaritano.
Jesús tomó la palabra y dijo: «¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?»
Y le dijo: «Levántate, vete; tu fe te ha salvado» (San Lucas 17, 11-19).
COMENTARIO
Hoy, aunque nadie lo crea la fe es la buena noticia, se recibe como un regalo, una gracia o un don; es un acto humano que no riñe ni con la dignidad, ni con la libertad, la inteligencia y la voluntad cooperan con la fe. ¿Qué es tener Fe?: La fe es la creencia, confianza o asentimiento de una persona en relación con algo o alguien y, como tal, se manifiesta por encima de la necesidad de poseer evidencias que demuestren la verdad de aquello en lo que se cree. La palabra proviene del latín fides, que significa ‘lealtad’, ‘fidelidad’. Fe también significa tener confianza… ¿Por qué?
- La lepra
La lepra, en tiempos de Jesús, era considerada una maldición. Tenían que estar apartados de la comunidad, portar una especie de campana que anunciara su proximidad para alejarse de ellos. Por eso no era extraño que se tratara de 10 leprosos en el camino que nos dejan una lección. Aunque hoy no solemos encontrarnos con leprosos en el camino. Algunos predicadores suelen hablar de la lepra como miseria espiritual y moral del ser humano. Así, la lepra se vuelve algo muy actual. Basta con seguir las noticias y observar cómo la gente se ataca de muchos modos, pleitos, guerras, calumnias, robos, abuso de poder, etc., etc. Todo eso es considerado «noticia» y tal parece que cuanto más morboso, más cotizable.
- El milagro
Cristo es capaz de sanar todo tipo de lepra. No es un médico cualquiera. A los leprosos los cura haciéndoles cumplir la Ley: «preséntense a los sacerdotes». Era lo que ordenaba la ley. Dios no obra milagros que contradigan su voluntad ni su ley eterna. Por ello los milagros requieren también del ejercicio de la fe de las personas y de la conversión. Los milagros de Jesús son también con miras a la salvación de las personas. Con esto podemos estar seguros de que Dios puede hacernos el milagro de ayudarnos a limpiar nuestra lepra espiritual. Nuestra voluntad coopera y su gracia produce la cosecha. No debemos esperar milagros exóticos ni estrafalarios. Mantener la fe en un mundo que se jacta cada vez más de vivir en el ateísmo, también es un milagro…
- La gratitud
La gratitud es una flor rara y difícil de encontrar en el campo, y quien la encuentra, obtiene un tesoro. Dios ama a los agradecidos, y el Evangelio de hoy nos enseña mucho. A veces las personas que no participan mucho de la Iglesia suelen ser más humanas, más coherentes, más agradecidas… Ser agradecido es propio de almas finas, educadas, humildes, sencillas. Una persona agradecida sabe que nada le es debido y que todo servicio es un don. Por ello, los leprosos nos dan una lección: 10 fueron curados, pero sólo uno agradeció y éste ni siquiera era del «grupo de seguidores», era extranjero. ¿No se repite lo mismo hoy en día? Cuántas madres de familia que se desviven por sus hijos, por su marido, por su familia en general no reciben ni un mínimo «gracias» por su labor. No digamos ya un beso cariñoso del hijo, una caricia tierna del esposo. Cuántas personas que a cada paso nos ofrecen un servicio: la cajera del supermercado, el señor de la tienda de ultramarinos, la señora que nos ayuda en la limpieza de la casa… «Gracias», y no sólo de palabra, también la actitud de ser agradecido. Por eso, cultivemos la gratitud en nosotros y en nuestra familia.
Luego la fe es la que salva, la fe es la que justifica, la fe es la que sana al hombre interior y exteriormente.