Vivimos en una época donde dos más dos ya no son cuatro, porque cuatro es masculino, patriarcal, homofóbico, antifeminista. Ahora debemos decir “cuatre” y hablar como idiotas para obtener un me gusta en redes sociales.
Es verdad, vivimos en la post-verdad, una era donde impera la mentira y decir la verdad trae amenazas, discusiones y malos ratos.
Es verdad, el mundo está patas pa arriba y si te opones a la doctrina del “lenguaje inclusivo” (donde piensas consiste en ayudar a los sordos, cojos, ciegos, mudos y personas con discapacidades, pero no, es para educar con Ideología de Género), entonces te eliminarán de Facebook, te pelarán, dirán que eres un retrógrado, un primate, un picapiedra, que te falta mucho por aprender, que eres facista, de untraderecha, un verdadero imperialista.
Es verdad, la ciencia ya no fundamenta la realidad, vivimos en un relativismo devorador donde no importan las verdades científicas sino las teorías y las ideologías que se imponen como dogmas totalitarios.
Es verdad, la era actual naufraga en el sinsentido, en una decadencia moral donde el razonamiento se esconde para no tener conflictos con el MOVIH
Es verdad, nos hacen callar ante “la educación integral” y los manuales impuestos en el Ministerio de Educación para adoctrinar a los niños por Rolando, Rolanda, Rolande o como se llame.
Es verdad, debemos mirar hacia el techo porque si hablas te dirán que estas incitando al odio y que ofendes la susceptibilidad de una minoría que dicta leyes y se mueve por los pasillos del Estado como Pedro por su casa (disculpando a quienes se llamen Pedro)
Es verdad, estamos en tiempos difíciles donde levantar la voz contra la homosexualización de la sociedad es enfrentarse a las Naciones Unidas, la UNICEF, la Corte interamericana de Derechos Humanos y cuanta ONG y fundaciones financia Geroge Soros y otros personajes que andan como lobos tras la niñez de La Caperucita.
Es verdad, estamos en tiempos donde oponerse al totalitarismo de la Ideología de Género y la pedofilia es una desfachatez anti sistémica. Te tildarán de fanático religioso, de conspiracionista, aunque sabes que en tu sano juicio jamás dejarías a tus hijos al cuidado de quienes ven la niñez como un trofeo político para legitimar lo que sabes va contra la naturaleza humana.
Es verdad, todo esto huele a podrido. Estamos ante una encrucijada como sociedad y los predicadores de la moral, la filosofía y las ciencias exactas brillan por su ausencia. Solo nos quedan los cristianos, quienes ahora son seres peligrosos porque son los únicos que resisten esta ideología que impulsa las Naciones Unidas a todos los países.
Es verdad, las distintas denominaciones cristianas protestantes se transformaron en una amenaza porque ganan espacios en Latinoamérica y arrastran votos en Brasil. Son peligrosos porque se pronostica que Chile elegirá un nuevo Bolsonaro con el voto evangélico.
Es verdad, muchos ya planifican cómo deshacerse de ellos porque sus creencias van contra los valores que predica el común de los políticos, ya que los cristianos no pueden mentir, entonces son una amenaza que pone en evidencia la corrosión moral del sistema.
Es verdad, ya se busca cómo aplicarles la “ley Mordaza”, y ¡zan se acabó! De esta forma no podrán manifestarse contra el aborto, el matrimonio igualitario, la adopción homoparental y la Ideología de Género. Entonces se quedarán callados. Si esto sucede ¿acaso las piedras no gritarán?
Es verdad, toda esta vaina parece una pesadilla donde un ciego guía a otro ciego y el Señor de la Noche impone al mundo una nueva Antropología, una nueva forma de percibir al ser humano, sin sexo, sin X ni Y, desnaturalizado, sin importar su ADN.
Es verdad, todo esto es una gran porquería que quisiera no estuviera pasando, pero lamentablemente sucede y no puedo callar.
Es verdad, el mundo que conociste se cae a pedazos y la desidia ronda por las calles emborrachando a la juventud bajo los principios de la evolución social y el “progresismo”.
“No te metas en eso”, te dirán si levantas la voz. “Mejor quédate calladito” mientras piensas que algo anda mal y debes proteger a tus hijos.
Es verdad, vivimos en la era de la post-verdad donde impera la mentira y son pocos los que no temen. Pero gracias al coraje de éstos, ya muchos están despertando.
Es verdad, se trata de defender la inocencia y la dignidad de los niños, de quienes vienen con un genuino reflejo de virtud y semejanza con el Creador.
Es verdad, es tiempo de levantarse y dar la última batalla, aunque en esto se nos vaya la vida.
Andrés Ovalle H.
Artista visual