Ya han llegado las vacaciones. Por fin volvemos a tener por delante muchas horas de tiempo libre. Si no te has dejado nada para septiembre, en estos meses tendrás ocasión de disfrutar de mucho tiempo que podrás pasar en compañía de tu familia y de tus amigos.
Es verdad que apenas hemos llegado a la mitad del año natural; sin embargo, para nosotros, lo que cuenta es el año escolar, del que estamos ya en su recta final, momento bueno éste para revisar algunas cosas y ver cómo podemos mejorar de cara al “año que viene”. Necesitas, por tanto, tiempo también para ti, para encontrarte en medio del calendario y de las vacaciones. Pero ese tiempo, aunque no sea mucho, debe estar preferentemente marcado por el silencio.
Aunque estemos sin pronunciar palabra, nos damos cuenta de que a pesar de todo no estamos en silencio: nuestra cabeza bulle de ideas y de recuerdos, de tareas pendientes y de planes que no nos dejan mirar bien dentro de nosotros. Lo sé. Da miedo acallar todas estas cosas, porque al final nos vamos a encontrar a solas con aquello que verdaderamente somos. Algunas cosas no nos gustan y es incómodo dejarlas aflorar. No temas. También sabes que hay muchas cosas buenas y que es de ahí, precisamente, de donde va a arrancar la mejor versión de ti.
Concédete un tiempo de silencio para ver cómo te ha dejado el año: si te ha(s) maltratado o si, por el contrario, sales con más fuerzas para el curso que viene. ¿Has descubierto ya lo vivas que están tus ilusiones, las personas que están a tu lado y te quieren? ¡Anímate! Merece la pena.