«En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas.) Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: “¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores?”. Él les contestó: “Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: ‘Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos’. Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres”. Y añadió: “Anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición. Moisés dijo: ‘Honra a tu padre y a tu madre’ y ‘el que maldiga a su padre o a su madre tiene pena de muerte’; en cambio, vosotros decís: Si uno le dice a su padre o a su madre: ‘Los bienes con que podría ayudarte los ofrezco al templo’, ya no le permitís hacer nada por su padre o por su madre, invalidando la palabra de Dios con esa tradición que os trasmitís; y como estas hacéis muchas”». (Mc 7,1-13)
No pensemos que esto del fariseísmo es de otro tiempo, hoy en día existe y mucho. En los templos, cada domingo, hay muchas personas que asisten exclusivamente por tradición, la tradición que habla el Evangelio. Matrimonios separados, mujeres que defienden el aborto según en qué circunstancias, padres que dan a sus hijos preservativos porque más vale prevenir que curar, o que prefieren dar a sus hijas la píldora del día después a que se quede embarazada de un tipo que no conocen, matrimonios que solo tienen un hijo, o a lo mucho dos, porque las cosas no están muy “católicas”, hombres que defienden la práctica de la homosexualidad como algo natural y bueno, incluso algunos, que aceptarían la eutanasia según en qué casos…
Y de todos ellos está el templo lleno todos los domingos. Esto no es teoría, esto lo podemos ver en cualquier iglesia los días de precepto. Esto es fariseísmo. Aparentemente cumplo pero luego hago lo que me da la gana, o también se puede llamar: la doble moral. Esto es cumplir la ley sin el espíritu. Solo hay cumplimiento, o sea, cumplo y miento. El que se ha encontrado con Cristo en su vida conoce la verdad porque la verdad es Él, y vive como Cristo. No es cristiano el que cumple con unas normas o cánones o doctrinas aprendidas, es cristiano el que tiene el espíritu de Cristo, y cual es este espíritu, amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo hasta dar la vida por él, como hizo Cristo, en la dimensión de la cruz. Fiarse de Dios, saber que Él te quiere y está pendiente de ti. Por tanto dejemos a Dios que se ocupe de nosotros y de nuestra vida en vez de manejar tanto la nuestra y la de los demás.
Buenanueva