Al verse rodeado de tanta gente, Jesús mandó a sus discípulos que cruzaran a la otra orilla.
Entonces se aproximó un escriba y le dijo: «Maestro, te seguiré adonde vayas». Jesús le respondió: «Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos; pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza».
Otro de sus discípulos le dijo: «Señor, permíteme que vaya antes a enterrar a mi padre». Pero Jesús le respondió: «Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos» (San Mateo 8, 18-22).
COMENTARIO
Seguir a Jesús significa asumir su mismo estilo de vida y seguirle debe anteponerse a todo.
Hoy es fácil el seguimiento a cinco mil personas por Facebook, Twitter o…, al final creo que no se sigue a nadie.
Tenemos cúmulo de ofertas y escenarios que nos hacen dedicar y distraer horas y horas, y algunos destinos hasta perder el norte y nos olvidamos de lo que somos y podemos
En el seguimiento de Cristo, no vale la mediocridad, la ambigüedad o darle “me gusta”, a ÉL, se le sigue o no se le sigue.
El evangelio de hoy evidencia que el seguimiento de Cristo tiene un precio. Acompañar a Jesús es seguir al que es el CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA y ser su discípulo no queda en aceptar su doctrina, supone la participación en su vida y la comunión en su destino de sufrimiento y gozo.
Creo que es un buen momento para pedirle la libertad plena para seguirle fielmente y empezar a vivir y anunciar la presencia de su Reino.