Jesús les habló otra vez diciendo: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.» Los fariseos le dijeron: «Tú das testimonio de ti mismo: tu testimonio no vale.» Jesús les respondió: «Aunque yo dé testimonio de mí mismo, mi testimonio vale, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo ni a dónde voy. Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie; y si juzgo, mi juicio es verdadero, porque no estoy yo solo, sino yo y el que me ha enviado. Y en vuestra Ley está escrito que el testimonio de dos personas es válido. Yo soy el que doy testimonio de mí mismo y también el que me ha enviado, el Padre, da testimonio de mí.» Entonces le decían: «¿Dónde está tu Padre?» Respondió Jesús: «No me conocéis ni a mí ni a mi Padre; si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre.» Estas palabras las pronunció en el Tesoro, mientras enseñaba en el Templo. Y nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora. (Juan 8, 12-20)
“Se de donde he venido” . ¡Que sorprendente respuesta! Jesús si sabe de dónde ha venido y también sabe adónde va. ¿Y tú? ¿Y nosotros? ¿Realmente sabemos de donde hemos venido y adónde vamos?. Si nuestra respuesta no puede superar lo cotidiano, lo palpable, lo isible, la evidencia de que venimos de nuestros padres de la carne y que vamos al final incontestable de la sepultura, serian mas actuales que nunca en nuestro tiempo las palabras de Pablo “ Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, que mañana moriremos.” 1ª Ct. 15-32.. Pero todos nosotros hemos sido creados por amor, por el AMOR con mayúsculas de nuestro Padre del cielo. De El salimos y a El volveremos. Pero si bien es verdad que no elegimos ni el cómo, ni el donde y cuando de nuestra llegada a este mundo, si que ahora podemos decidir que camino de vuelta escoger. Jesús se manifiesta como la Luz.
Jesús se atribuye ser el Camino, la Verdad y la Vida. Él se hace el foco potente para que no nos perdamos en el camino de retorno a nuestro verdadero Padre que esta en el cielo y que ha querido manifestarse a nosotros en la persona de su Hijo dando en El la mayor muestra de lo que es el amor. Ese amor que se entrega, que se da hasta la última gota de su sangre incluso por los enemigos. Ese amor sin límites que… “ es paciente, es servicial, no es envidioso, no es jactancioso, no se engríe; es decoroso; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta. El amor no acaba nunca “ 1ª Ct 13. 4-8. Porque el Amor es Dios. ¡Lástima que haya venido la Luz al mundo y algunas veces no queramos reconocerlo!