Juan XV aprobó en el siglo X la primera canonización pontificia que elevó a los altares al obispo de Augsburgo
San Ulrico no fue el primer santo, pero sí el primero en ser así declarado en una canonización pontificia. El Papa Juan XV aprobó el primer decreto de canonización de la historia al elevar a los altares al obispo de Augsburgo en el año 993.
Habían pasado veinte años de la muerte de aquel religioso de delicada salud que se volcó durante 50 años en su ministerio episcopal y defendió a sus feligreses con admirable valentía de los húngaros hasta la llegada del emperador Otón I de Alemania, que los derrotaría en la batalla de Lechfeld.
La historia de su fallecimiento el 4 de julio de 973 se extendió rápidamente. Ulrico esparció cenizas en el suelo formando una cruz y la roció con agua bendita antes de recostarse sobre ella y esperar así su muerte, rodeado por el clero del monasterio de Galo. Fue enterrado en la Iglesia de Santa Afra, reconstruida por el propio San Ulrico y «muchos milagros fueron grabados en su tumba», según relata laEnciclopedia Católica.
En el sínodo romano celebrado el 31 de enero de 993 en Letrán, el obispo Ulrico de Augsburgo fue canonizado solemnemente por Juan XV, que notificó el acontecimiento a los obispos frances y alemanes en una Bula el 3 de febrero de aquel año. Fue la primera canonización solemne realizada por un Pontífice.
De la «vox populi» al Canon
En los primeros años del cristianismo los santos eran proclamados por aclamación popular («vox populi»). A partir del siglo V, los obisposse hicieron responsables de las declaraciones de santidad, solicitando informes escritos a los solicitantes sobre los candidatos y entrevistando a los testigos presenciales de los supuestos milagros. Si la petición era aprobada por el obispo, el cuerpo era exhumado y trasladado a un altar en un acto que venía a ser la canonización oficial del santo. Se asignaba además a éste un día de fiesta, que solía coincidir con la fecha de su muerte.
Tras la subida a los altares de San Ulrico, Gregorio IX reservó en 1234 solo al Papa el derecho de la canonización de un santo y en 1588 Sixto V creó la conocida ahora como Congregación para las Causas de los Santos, que investiga la vida y milagros de los candidatos.
Un siglo después, en el año 1634, Urbano VIII estableció las normas eclesiásticas para este proceso a través de una serie de decretos papales vigentes hasta la reforma del Código de Derecho Canónico que se llevó a cabo bajo el pontificado de Juan Pablo II en 1983 y que facilitó elcamino de la beatificación y canonización.
El Papa polaco fue precisamente el Pontífice que duplicó el santoral, sumando casi medio centenar de santos y 1.400 beatos al Canon que desde 1588 había contado 296 santos y 808 beatos.
80 Papas santos
No existe un cómputo preciso de todos los que han sido proclamados santos desde los primeros siglos, aunque se estiman en unos 10.000 los santos proclamados en la Iglesia Católica en sus veintiún siglos de existencia. Entre ellos figuran 78 Papas, la mayoría de ellos de los nueve primeros siglos de historia, que llegarán a ser ochenta el 27 de abrilcon la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II.