Saliendo de allí se dirigió a su ciudad y lo seguían sus discípulos. Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada: “¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada? ¿Y esos milagros que realizan sus manos? ¿No es este el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y Joset y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?” Y se escandalizaban a cuenta de él.
Les decía: “No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa”. No pudo hacer allí ningún milagro, solo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se admiraba de su falta de fe.
Y recorría los pueblos de alrededor enseñando (San Marcos 6, 1-6).
COMENTARIO
La buena noticia de hoy es que Jesús junto con sus discípulos se dirigió a su ciudad y llegando el sábado empezó a enseñar a sus paisanos, a los que le conocían de toda la vida, estos que por una parte se maravillaban de las cosas que escuchaban y por otra no se podían creer lo que estaban escuchando y viendo.
Nosotros los españoles esto lo entendemos bien, lo de fuera es casi siempre mejor que lo que tenemos en casa, aunque lo que tengamos en casa sea de lo bueno bueno, e incluso lo mejor.
Dios, siendo Dios, no ha tenido en cuenta su dignidad y se ha hecho hombre para encontrarse con los hombres en nuestro terreno, en nuestro pueblo, en nuestra vida, para enseñarnos dónde está la raíz de nuestros males y la raíz de nuestros bienes, pero no hacemos caso aunque nos ofrezca la posibilidad de abrirnos las puertas de una nueva tierra, de unos nuevos cielos en donde se pueda vivir teniendo una nueva forma de relacionarnos y también una nueva manera de vivir, donde lo importante sea la justicia para todos y la paz un bien a conseguir.
Los seres humanos estamos empeñados en no aceptar lo que viene de otro ser humano, en seguida nos fijamos y analizamos: quién es, de dónde viene, qué formación tiene, ¿qué me cuenta? ¿qué quiere conseguir de mí? Queremos ser únicos, auténticos, genuinos, especiales y que nadie nos diga nada referente a nuestro comportamiento, en todo caso, queremos que los demás nos sirvan y nos den lo que cada uno necesitamos: afecto, reconocimiento, amistad, esta es una manera de querer ser únicos.
Nosotros estamos empeñados en conseguir nuestro bienestar por nosotros mismos y se oye decir a nuestro alrededor: “nada es gratis” y con esta afirmación estamos diciendo que todo hay que ganarlo con esfuerzo. No nos damos cuenta de que todo lo importante que nos pasa en la vida es un regalo y se nos da gratis, todo lo bueno que nos pasa y las cosas que tenemos están relacionados con la gratuidad. Hoy también hay que decir que la vida es un regalo, el que alguien te quiera es un regalo. Dios hecho hombre se acerca al hombre para decirle lo importante que es el amor y con estas palabras nos da la capacidad de poder hacer lo que dicen: “Amaos unos a otros como yo os he amado”(San Juan 13, 33).