A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban.
A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo:
–«¡No! Se va a llamar Juan.»
Le replicaron:
–«Ninguno de tus parientes se llama así.»
Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre.» Todos se quedaron extrañados.
Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.
Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo:
–«¿Qué va a ser este niño?»
Porque la mano del Señor estaba con él.
El niño iba creciendo, y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel (San Lucas 1, 57-6.80).
COMENTARIO
Buenos días hermanos en Cristo.
Celebramos hoy la natividad de San Juan Bautista, uno de los tres nacimientos que celebra la Iglesia Católica. En los demás casos lo que la Iglesia celebra son los nacimientos a la Vida Eterna.
En primer lugar vemos una manifestación del poder de Dios. A partir de una mujer estéril y de un hombre anciano da vida «al mayor de los nacidos de mujer», a San Juan Bautista, el precursor. Una vez más se demuestra que para Dios nada es imposible.
En segundo lugar vemos a Zacarías e Isabel cumpliendo la voluntad de Dios. Todos los parientes querían que el niño se llamase Zacarías como su padre. Pero Zacarías e Isabel obedecen a Dios. Se llamará Juan.
Nada más decir esto, acontece otro milagro del Señor. A Zacarías le vuelve el poder hablar y bendice y da gloria a Dios.
Para todos los testigos está claro, a la vista de estos prodigios, que la mano de Dios está con el recién nacido. Su misión va a ser muy importante en los designios de Dios.
Por cierto, ¿qué habría pasado con los designios de Dios si Santa Isabel hubiera decidido abortar? El Señor habría tenido que hacer «horas extras». Sus designios siempre se cumplen pero tendría que haber sido de otra manera.
¿Cuantas misiones de Dios habrán tenido que cambiar como consecuencia de los millones de abortos (crímenes, asesinatos) cometidos cada día en el mundo?
Oremos intensamente al Señor suplicando su Misericordia.
¡Feliz y Santo día de San Juan Bautista!