¿Qué haces? “ Buscarmela vida”
¿QUÉ LE PASA AL HOMBRE DE HOY?
¿POR QUÉ ESA INSATISFACCIÓN
QUE SE PALPA EN ESTA SOCIEDAD
TAN AVANZADA Y PROGRESISTA?
¿POR QUÉ TENIÉNDOLO TODO
SUBYACE EN NOSOTROS
UNA ACTITUD DE FRUSTRACIÓN,
DE DECEPCIÓN, DE FRACASO,
DE MALDICIÓN?
¡QUÉ POCAS PERSONAS VEMOS
BENDECIR! Y DIGO VEMOS,
PORQUE LA BENDICIÓN NO SÓLO SE
OYE, ES SOBRE TODO, UNA ACTITUD
QUE SE MANIFIESTA.
¡CUANTOS JUICIOS, LAMENTOS,
QUEJAS, QUERELLAS, PROTESTAS,
RECLAMACIONES, …!
EL HOMBRE BUSCA DONDE
REPOSAR SU ANGUSTIA
DE INCOMPRENSIÓN
EL HOMBRE BUSCA
DÓNDE REPOSAR
SU ANGUSTIA
DE INCOMPRENSIÓN
Pues vive sometido por el miedo a la muerte óntica,
al no-ser, al olvido, a la soledad cósmica, al sufrimiento
indescifrable que le anticipa esa muerte.
Su único deseo es modificar esos acontecimientos
para que no le destruyan. Si tiene posibilidad,
los cambia materialmente, si no puede, crea los
resortes psicosomáticos para que no le afecten y
pueda vivir sedado, alienado.
CUANDO EL HOMBRE RECHAZA
AL AUTOR DE LA VIDA,
TIENE QUE BUSCARSE LA VIDA
Esto es: ¿por qué no puedo comer de ese árbol? ¿por qué Dios me prohíbe
eso? ¿por qué tengo esta mujer o este marido…? ¿por qué este trabajo
tan horroroso? ¿por qué no puedo ganar más dinero? ¿por qué esta
enfermedad? ¿por qué las cosas no salen como yo quiero? La historia se
hace incomprensible, absurda, fuera de los parámetros lógicos de la normalidad.
Esta situación rompe los esquemas de la racionalidad y no adivinamos
otra opción más que modificarla.
Y el pensamiento se materializa en: “Dios no existe. Si existiera, no permitiría
esto. O no le importa lo que me pase. Por tanto, yo soy quien se tiene que
buscar la vida. Yo decido qué está bien y mal.” Entonces, bajo la incomprensión
de la limitación comemos del árbol; bajo el miedo a la muerte y
al fracaso, edificamos Babel; y para huir de la precariedad a través del
poder y el dinero, nos hacemos un becerro de oro y le adoramos.
Sin embargo hay otra actitud que concede la gracia. Saber que Dios está
presente en el sufrimiento; que no ocurre nada por azar; que Él responderá
ante nuestra impotencia; que todo ocurre para el bien de los que ama. Y ante
la limitación del hambre, Jesús responde: “no sólo de pan vive el hombre, sino
de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mt 4.4). Ante la frustración, el fracaso
y el miedo, Jesús responde: “No tentarás al Señor tu Dios” (Mt 4.7). Y ante
el poder, el dinero y los ídolos, Jesús dice: “Al Señor sólo adorarás y a Él sólo
darás culto. (Mt 4.10). SÍ hay, por tanto, otra respuesta ante los acontecimientos
adversos, incomprensibles y dolorosos. El hombre solo, no puede
responder así; no puede enfrentarse al Maligno, no podemos con él, ni con
su inteligencia, ni con su mentira, ni con su conocimiento, ni con su maldad.
Necesitamos la gracia de Dios. Si experimentamos que Dios nos da la vida
a pesar del sufrimiento, ya no tiene el hombre que “buscarse la vida”.
Dice el salmo 43: “Por qué desfalleces, alma mía. Espera en Dios: que aún le alabaré”.
Aguarda un poco. Espera. Esto no lo entiendes…, pero Dios sí. Esto
es absurdo…, pero para Dios no. Espera en Dios, que Él actuará. Porque este
es el trabajo de Dios: sacar de la muerte la vida. Dejémosle que lleve nuestra
historia, aunque muchos acontecimientos no los comprendamos.
Porque Él siempre es fiel y cumplirá lo prometido. “Por eso puse mi cara
como el pedernal, a sabiendas de que no quedaría avergonzado” ( Is 50.7).
El maligno es el que nos hace idolatrar la razón y la voluntad, de forma que
nos impide entrar en el silencio de la negación y en la obediencia de la fe,
precisamente allí donde el Padre nos espera para mostrarnos que nos
quiere, que nuestra vida no es absurda e insufrible, que no es necesario
buscarse la vida, porque Jesucristo ha regalado la suya para todos.