En el siglo XVIII se denominaba “locura moral” al comportamiento de aquellas personas agresivas que carecían de valores morales y que eran completamente irresponsables con las normas sociales. A finales del siglo XIX se comenzó a aplicar el término “psicópata” a aquellos individuos con una conducta social fuera de las normas y de las leyes, y que vivían al margen de todo respeto a los demás. En el siglo XX el término alcanza un uso coloquial y es en la actualidad cuando la Ciencia le ha designado oficialmente el nombre de “Trastorno antisocial o disocial de la personalidad”. Esta patología se inicia en la infancia y se agrava en la adolescencia, siendo más frecuente en los hombres (3%) que en las mujeres (1%).
Los adolescentes con este trastorno presentan un patrón de conducta desadaptado, no respetan los derechos de los demás, tienen fracaso escolar, roban, mienten y son muy agresivos. Sus relaciones con los demás —familia, profesores y compañeros— son muy problemáticas. En la edad adulta se agravan las conductas irresponsables e irrespetuosas con las normas y los derechos de los demás.
Una característica muy importante es que el enfermo nunca se siente culpable del daño que provoca. No siente ningún remordimiento por las consecuencias de sus conductas. Suele ser impulsivo, temerario, le atrae el peligro, miente, manipula a los demás para conseguir lo que quiere y solo busca su placer o interés personal. No respeta la ley y suele planificar robos, fraudes, destrucción de objetos y propiedades ajenas. Cuando el trastorno se agrava tiende a ser muy obstinado, autosuficiente y fanfarrón. Siempre se cree superior a los demás y con derecho a todo. Desprecia a la sociedad y a todas las personas que conoce, y maltrata a su mujer y a sus hijos.
dominio y frialdad
La antes llamada “psicopatía” y ahora “trastorno de personalidad antisocial” se puede expresar de muy diferentes formas: en su forma leve, el que la padece es el simpático de guante blanco que intenta sacar todo lo que puede de los demás (debe dinero a todos). En los casos más graves se trata de, desde el atracador de bancos que no tiene miedo a nada, hasta el asesino en serie. Si trabaja en una empresa es muy probable que robe o planee una estafa. Su inadaptación va siempre en aumento y toda su conducta está encaminada a conseguir siempre “sus derechos”, aunque para ello tenga que usurpar los derechos del prójimo. Cada vez va adquiriendo más crueldad y habilidad en manipular y ejercer el poder hacia los demás. Se generalizan sus mentiras y aumenta su desconfianza general hacia todos. Llega a desarrollar un temor subconsciente de que le exploten o le humillen, por ello se protege de los demás siendo independiente, autodeterminante y muy autosuficiente. Expresa un gran poder y prestigio, y aumenta su hostilidad y violencia.
Se trata de un trastorno extraordinariamente complicado por lo siguiente:
- Cuadro clínico: representa un trastorno de personalidad activo-independiente en términos de la matriz de refuerzo. Esto significa que busca activamente el refuerzo a través de su realización personal. Este trastorno de personalidad se caracteriza por ambición, persistencia, conducta dirigida hacia sus intereses personales, una aparente necesidad de controlar el ambiente y una dificultad en confiar en las habilidades de los demás. Esta personalidad se caracteriza por un tipo de personalidad agresiva, con diferentes grados a lo largo de un continuum sintomatológico desde formas leves hasta formas extremadamente graves. La forma leve es estimulada por nuestra sociedad actual competitiva, donde la dureza y la astucia son atributos admirados.
- Conducta aparente: en la forma leve es percibido socialmente como valiente y temerario, y en las formas más graves como violento y con ataques de ira. Es impulsivo y eficaz en sus actividades. Rara vez se inhibe ante el peligro. No teme el castigo y es imprudente. Las conductas de riesgo le estimulan. Los demás pueden verle como agresivo e irresponsable, vigoroso, enérgico y dominante.
- De conducta arriesgada, las normas sociales, la ética y las costumbres son descuidadas y pueden convertirse en un espectro de conductas agresivas e irresponsables. Por eso, muchos terminan en confrontaciones con la ley o adquiriendo todo un historial criminal.
- Conducta interpersonal. Su conducta con los demás varía de oposicionista a beligerante. Confía en sí mismo y desconfía del otro. Tiene pocos sentimientos de lealtad interpersonal y no siente remordimiento al usar a los demás para conseguir sus objetivos. Muchas personas le evitan porque se sienten intimidados por su conducta agresiva y arrogante. La gente a menudo siente que es frío, duro e insensible con los sentimientos ajenos. Sin embargo, en realidad, está perceptualmente en alerta y pueden armonizar en la interacción con los demás, porque elige proyectar esa imagen para aprovecharse de esa percepción y ser intencionadamente duro si surge la necesidad.
sin empatía ni remordimientos
- Tiene dificultades para mantener durante un período largo responsabilidades o relaciones íntimas. Por ello, la mayoría termina separándose de su pareja.
- Tiende a ser agresivo y puede llegar a ser abusivo y cruel con otras personas.
- Tiende a ser muy competitivo y mal perdedor. Tiene gran necesidad de control (su mecanismo de defensa).
- Su estilo activo-independiente de buscar refuerzo deriva tanto de su confianza en su propio valor como en su temor general y desconfianza de los demás. Por tanto, es inseguro en su relación interpersonal. Su apariencia es de seguridad cuando controla la situación y es independiente de la voluntad de quienes podrían amenazar su seguridad.
- Puede llegar a expresar conductas beligerantes y vengativas. Puede parecer que obtiene satisfacción de los errores y humillaciones de los demás, particularmente si los demás representan una amenaza potencial o competitiva o si de alguna manera los han perjudicado en el pasado.
- Este trastorno, con frecuencia, deriva en conductas vengativas y punitivas hacia los demás.
- Cuando el trastorno se desarrolla, pierde la compasión interpersonal y el respeto hacia las cualidades humanas. A menudo, desprecia la contemporización y el compromiso, asimilando tales estrategias interpersonales a signos de debilidad.
- En la forma más grave, los derechos de los demás son ignorados por medio del fraude y la agresión por la fuerza. Para él, el fin siempre justifica los medios. En casos extremos, puede resistirse a la autoridad. El castigo no impide su conducta. Esta conducta le lleva a la confrontación con la ley y a desarrollar toda una patología criminal.
- Estilo cognitivo: comienza en la forma leve con individualismo y en su forma grave termina con fanatismo. Tiene patrones cognitivos rígidos e inflexibles. La flexibilidad cognitiva y la introspección tienden a ser evitadas porque representan inconsistencia y esfuerzo inútil, respectivamente. Estos patrones cognitivos están caracterizados por una naturaleza controladora y unas formas tortuosas.
- En su forma leve, puede ser considerado como asertivo y realista, características deseables en el mundo de los negocios y el trabajo. Por este motivo, frecuentemente son seleccionados en entrevistas de trabajo.
- Cuando el trastorno se desarrolla más, percibe el entorno como amenazante y permanece siempre vigilante y atribuye su hostilidad y conductas vengativas a la acción de los demás. Considera a los demás como más desviados y punitivos que él mismo.
- Expresión afectiva: sus emociones varían desde la hostilidad a la malevolencia. Los sentimientos, la cordialidad y la intimidad suelen ser evitadas, porque son signo de debilidad. Es suspicaz ante la compasión o el altruismo de los demás. Considera las emociones humanas como amenazantes y como obstáculo para el éxito. La negación de emociones le protege de recuerdos dolorosos, especialmente en la infancia.
- Tiende a expresar sus emociones más agresivas, que van desde la ira a la hostilidad. Cuando las cosas van como él quiere, puede parecer afectuoso y simpático.
- Tiene poca tolerancia a la frustración, pierde el control y aparecen los ataques de ira. En un segundo se pone furioso, resentido y vengativo. En la forma grave, esta ira puede pasar a la violencia física.
mentira, engaño y manipulación
19. Tiende a ser fácilmente provocado a atacar, despreciar, humillar y dominar a otros, sin ningún sentimiento de culpa ni remordimiento.
20. Se percibe a sí mismo como competitivo, dominante, enérgico, autorrealizado y obstinado. Piensa que es fuerte, realista y duro. En la fase avanzada, desea dominar a las personas y los acontecimientos. Desea controlar el ambiente que le rodea y se considera por encima de las reglas y normas e incluso por encima de las leyes.
21. Se percibe a sí mismo como una persona especial, con un pensamiento fuerte, activo, independiente y confiado en sí mismo.
22. Ante una situación de estrés, persistente o extraordinario, se autoengaña a sí mismo distorsionando la realidad y despreciando a los demás para reducir la tensión o ansiedad que experimenta en ese momento.
23. Mecanismos de defensa de la personalidad antisocial: el mecanismo de defensa más utilizado es el acting out, que se refiere a su tendencia impulsiva a expresar pensamientos, emociones o conductas claramente contrarias a las normas sociales. El objetivo deseado de tales conductas es desahogar, por medio de la discusión, cualquier tensión interna que haya surgido y que pueda aumentar si no es descargada. En lugar de transformar esta conducta socialmente indeseable en una forma socialmente aceptable, estas tensiones son descargadas directamente y con frecuencia de forma indiscriminada, sin ninguna preocupación por las consecuencias interpersonales de tales descargas. No tiene ningún sentimiento de culpa o remordimiento por los problemas que ha causado a los demás.
24. La personalidad antisocial se desarrolla por medio de distorsiones cognitivas sostenidas, desprecio de las conductas de afecto y cooperación interpersonal, una conducta oposicionista que produce en los demás un antagonismo, el refuerzo negativo de la conducta y finalmente el temor a ser utilizado y colocado en una posición inferior.
25. En su caso más grave frecuentemente aparece el trastorno de la personalidad mixto antisocial-paranoide.
26. Su cuadro clínico se puede resumir así:
-Conducta aparente: insensible a temeraria.
-Conducta interpersonal: antagonista a hostil.
-Estilo cognitivo: ira a resentimiento.
-Expresión afectiva: agresiva a malévola.
-Percepción de sí mismo: duro a dominante.
-Mecanismo de defensa: acting out.