Frente a la arrogancia de las potencias financieras y mediáticas (Goliat), armadas y protegidas pesadamente por la coraza de sus falsas certezas y por las nuevas leyes contra la vida, la Iglesia Católica del siglo XXI, por lo menos, en Occidente, se parece al pequeño resto del que hablan las Santas Escrituras.
Efectivamente, la Iglesia Católica, como David, solo dispone de la pequeña piedra del Evangelio de la Vida y de la Verdad, sin embargo ella va a abatir al gigante (…) El “dragón infernal color rojo-fuego con siete cabezas”, prototipo de ésta cultura de la muerte denunciada por san Juan Pablo II en su enseñanza, de pie delante de la mujer encinta, dispuesto a devorar al niño en cuanto naciera, y a devorarnos igualmente a “nosotros” (Ap 12, 4).
La Iglesia es la última defensa contra la barbarie: no se trata ya de Atila y de los ‘hunos` que santa Genoveva detuvo frente a París en el año 451, ni del combate de los papas del siglo XX, — desde Pío XI a san Juan Pablo II — contra los diversos totalitarismos que han ensangrentado Europa y el resto del mundo; se trata de una barbarie aseptizada en laboratorio, terriblemente eficaz, prácticamente imperceptible por la opinión pública, al estar anestesiada por los Goliats de las potencias financieras y mediáticas. Sí, se trata de un combate … de vida y muerte. Si así no fuera, los poderes públicos, en Francia, intentarían en este momento hacer callar las páginas de internet « pro-vida », inventando un delito de obstáculo numérico al aborto? Con motivo de la discusión de este aberrante proyecto de ley en el Parlamento francés, los defensores de la vida han sido linchados verbalmente por haber tenido el valor de recordar que el aborto no es un derecho, sino un crimen, y el mayor drama de nuestro tiempo. (1)
(…) la protección del embrión es la condición sine qua non para que la civilización salga de la barbarie y para asegurar el porvenir de nuestra humanidad. La señal clínica que impresiona más, y que indica que vamos hacia un abismo sin fondo, es la dramática potencia del rechazo de la vida.
El profesor Lejeune (…) temblaba por la suerte de « sus » hijos trisómicos, quienes, de hecho, actualmente, están en vías de exterminio, porque, como lo sabéis, los mismos poderes públicos reconocen, como una victoria funesta, que 96 % de ellos son entregados a la muerte por el aborto. Es horrible, criminal y sacrílego!
Jérôme Lejeune había comprendido también, él, el gran experto en genética, a qué errores prometeicos nos llevarían las manipulaciones genéticas, de todo tipo, comenzando por la investigación sobre los embriones, que « a priori » son amenazados de destrucción, ya que la nueva ley, votada recientemente el 6 de mayo del 2013 en una indiferencia casi general, autoriza expresamente la investigación sobre el embrión, no poniendo más límites a la destrucción de los embriones sobrantes …
El transhumanismo, (…) significa que « la humanidad mejorada » será el triunfo del eugenismo y de la selección del mejor capital genético entre todos los seres para crear el superhombre ideal. El transhumanismo va a realizar, gracias a las tecno-ciencias, el sueño prometeico del nazismo.
El rechazo de acoger y dejar vivir a los que estorban, es decir no solamente al niño concebido y « no deseado », (…) sino también a las personas minusválidas, al enfermo en fase terminal, a la persona de edad impotente, manifiesta un profundo desconocimiento del valor de toda vida humana creada y por ello querida por Dios.
El papa Francisco nos llama a una movilización general por la Vida, cuando evoca a la Iglesia, que, dice, es como un lazareto o un « hospital de campaña » después de la batalla, piensa en primer lugar a ésta batalla por la sobrevivencia de la humanidad terriblemente herida en su carne y en su alma, en cuya cabecera se encuentra la Madre Iglesia. (2)
Cómo se reconstruye una cultura PROVITA en la era de la post verdad y del populismo?
Si tenemos en cuenta que contra nosotros están los grandes medios de comunicación y los poderes fuertes, es decir la industria farmacéutica, las clínicas de la muerte, las industrias del aborto y de la fecundación artificial, las multinacionales de la pornografía, el único camino es la batalla cultural con las fuerzas limitadas que tenemos, y, cuando sea necesario, las movilizaciones de masa como han sido los Family Day del 30.1.16. Todos somos voluntarios y hacemos cuanto podemos, seguros de que el mal no puede triunfar y la razón y el sentido común al final triunfarán. (3)
Juan Ignacio Echegaray
(2) Aleteia, Cardenal Robert Sarah (París). 26 marzo 2017.
(3) Entrevista a Toni Brandi, Presidente de ProVita Onlus, (Italia) NPV, 17.03.17
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