Parábola láser
por Jesús Amado Moya
JESÚS, SEÑOR DEL COSMOS Y DE LA
HISTORIA, SE ENCARNÓ EN UN
MOMENTO Y EN UN LUGAR
CONCRETOS. Y SE DIRIGIÓ A LOS QUE
LE RODEABAN ADAPTÁNDOSE A SU
MENTALIDAD, A SU LENGUAJE,
A SU ENTORNO.
DE SU BOCA SALÍAN PALABRAS DE
VIDA ETERNA, PERO REVESTIDAS DE
SENCILLEZ, DE NATURALIDAD, DE LA
COTIDIANEIDAD. NO NOS EXTRAÑA,
PUES, SU ENSEÑANZA
EN PARÁBOLAS, SIRVIÉNDOSE DE LAS
REALIDADES CIRCUNDANTES COMO
LAS SEMILLAS, LA LEVADURA, LA SAL,
LA RED, LA LUZ, LA VID… PARTIENDO
DE UNA REALIDAD MATERIAL,
INVITABA A DESCUBRIR TRAS ELLA
OTRA REALIDAD MUCHO MÁS
MARAVILLOSA
¿Cabe dudar de que Jesús si se encarnase hoy día aprovecharía todas esas maravillas
que nos descubre la Ciencia para hacernos entender otras realidades ocultas
tras esas pobres apariencias?
Pensemos, por ejemplo, en el láser, ése haz de luz misterioso dotado de propiedades
tan singulares. Puede ser enviado hacia la Luna, y captarse aún el haz reflejado
2,5 segundos más tarde. Pueden obtenerse con él imágenes tridimensionales
de objetos previamente fotografiados. Podemos obtener temperaturas
superiores a los 6000ºC, concentrando haces de láser en puntos concretos. Piénsese
que la luz solar no puede concentrarse más allá de 500 [W/cm_], mientras
que con el láser pueden obtenerse concentraciones energéticas superiores a los
100 millones de [W/cm_].
Pues bien, si preguntamos a los científicos cuál es la razón de tan diversas propiedades
y aplicaciones, nos responderán que todo reside en el hecho de ser el
láser un haz de luz coherente en el espacio y en el tiempo. Admirable frase: “Coherente
en el espacio y en el tiempo”. Descifrémosla para nuestros oyentes o lectores.
Un haz de luz ordinaria está formada por millones de fotones, cada uno
caracterizado por valores concretos de frecuencia y longitud de onda. Semejante
al sonido procedente de los muy diversos instrumentos de una orquesta, formado
por múltiples notas musicales.
Por el contrario el rayo láser está formado por millones de fotones todos ellos
exactamente iguales, emitidos en un mismo instante, sin desfase posible entre
ellos. Coherencia total.
Y de inmediato piensa uno que eso es el santo en el orden espiritual. La coherencia
o sintonía total con Dios, en el espacio y en el tiempo.. Es decir, en cualquier
lugar (en su casa, en la calle, en el trabajo, en el templo, en su patria, en libertad o
privado de ella, en salud o enfermedad, en riqueza o en pobreza…), y en el tiempo
(de joven, en la madurez de la vida, en la ancianidad, en el siglo I de las persecuciones,
en la Edad Media, en el Renacimiento o en la era industrial o informática).
La coherencia espacio-temporal entre lo que creemos o pensamos, y lo que vivimos
o decimos, es lo que comunica energía insospechada a nuestras vidas, capaz
de romper las barreras de lo material para irrumpir en la vida eterna, y capaz
de atraer gracias de vida eterna sobre nuestras vidas y las de cuantos nos rodean.