Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os explicará lo que ha de venir. Él me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo explicará a vosotros. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y os lo explicará a vosotros (Jn 16, 12-15).
COMENTARIO
La verdad de Dios uno, Padre, Hijo y Espíritu, comunión de amor, origen y meta de todo lo que existe, es completa en sí misma, y lo será en nosotros, cuando nos sea revelada por el testimonio de Cristo crucificado, y el Espíritu nos testifique interiormente el amor del Padre. Dios comienza revelándose a Abraham, y completa la revelación de la verdad de su amor en Cristo, que el Espíritu nos alcanza derramado en nuestro corazón por la fe.
A través de la fe comenzamos a ser su pueblo, y él nuestro Dios; comienza la vida divina en nosotros, que se abre a una plenitud cada vez mayor de su conocimiento.
El Padre envía al Hijo, el Hijo revela al Padre, y envían el Espíritu Santo.
La fe en el Hijo nos une al Padre, por el Espíritu, y a los hermanos, en la comunión con él. Dios no se nos muestra, pues, solitario, perfecto y poderoso, gobernante impasible y legislador distante e inconmovible, sino amor misericordioso que se apiada y perdona. El amor salvador y redentor de Dios, testifica la naturaleza divina que le hace implicarse con sus criaturas, a las que no solamente concibe, sino a las que se dona, uniéndose a su acontecer de forma total e indisoluble, moviendo nuestra voluntad a conocerlo, amarlo y servirlo en su voluntad amorosa.
Misterio de amor omnipotente, de comunión y de gracia, se nos revela íntimamente en el abismo de nuestro corazón, en el que quiere habitar conduciéndonos en su compañía a su presencia.
Creer que el Padre y el Hijo vienen al hombre a través del Espíritu y en él habitan; alegrarse de que el cristiano sea templo vivo de Dios en el mundo; vivir en la tierra pero al mismo tiempo en Dios, caminar hacia Dios con Dios.
Si todo en la creación tiene como fuerza motriz el amor, que ha sido inscrito en ella por el Creador, del cual ha recibido la existencia, y el Amor engendra amor que busca un fruto a través del servicio, cuál no será el amor del creador por los hombres.
Santo, Santo, Santo; Padre, Hijo, y Espíritu. Amén.