Soy cristiano… Sí, por la Gracia de Dios. Soy su hijo, su hermano, su amigo,
soy el amor de Dios… Por eso nací, y mi Bautismo me reafirma en su Espíritu.
-Sí, muchas cosas bonitas y estupendas pero ya puedes correr…
-¿Quién, yo? Y… ¿Por qué, porque tú lo digas?
– Sí tú, porque yo lo digo… Y ten presente que no me gustas, no eres fiel a mi Dios,
mi Dios dice que te elimine, tendré un lugar en el cielo…
– ¿Ese es tu Dios?, ¿el que dice que me liquides? Tu Dios es raro amigo…
– No, mi Dios es sabio y debo perseguir tu religión y a ti…
– ¡Aaaaaah, ya veo! Él te ha pedido que quites una vida que Él ha creado, ¿no?
– No, mi Dios no te ha creado…
– ¿No? Y entonces ¿a ti sí? , amigo no eres diferente a mí… A los dos nos dio un alma.
– Pues la tuya es infiel, eres cristiano…
– ¿Infiel dices? O sea que tu Dios crea almas infieles y horrorosas… ¿Es así?
– Sí… Tal vez
– ¿Es que tu Dios no es bondadoso?… Amigo, aclara tus ideas, no sabes lo que dices.
– ¿Ummmmmmmmm…?
– Bien, tu Dios ordena matar lo que crea… ¡Qué horror! Te mancha las manos de
sangre inocente… Pues te voy a decir lo que dice el mío: “Perdona al que te hace mal,
no le juzgues, sólo ama a tu prójimo… Y estarás amándome a mí”.
– ¿Es cierto eso?, me gusta tu Dios, el mío se lo han inventado, pero no sé la razón…
– Te contaré todo lo que nos enseñó por boca de su Hijo…
– Quien ¿aquel que murió crucificado?
– Sí, el mismo que dijo antes de morir por manos como las tuyas: “¡Perdónales Padre porque no saben lo que hacen!” ¿Lo entiendes? Tú habrías sido uno de ellos, ahora eres mi hermano y serás un perseguido más… Ven con nosotros y di lo que yo diga: “Padre nuestro que estás en los cielos… Perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden y no nos dejes caer en la tentación, más líbranos del mal”. ¿Te gusta la oración?
– Sí cristiano, ¡Perdóname y Él me perdonará, le escucharé y Él me librará de todo mal!
Ojalá fuera así de fácil, ojalá…