“Nosotros iluminamos Amsterdam” es una instalación artística expuesta durante la temporada navideña en las calles de Amsterdam. Fue creada para el Festival de Luz que se organiza desde hace tres años en la ciudad y que dura desde noviembre a enero. Esta instalación ha sido realizada por un movimiento artístico llamado, “Conectar Creando Encuentros” y, como su nombre indica, su meta es transformar espacios públicos con intervenciones artísticas que de alguna forma consigan conectar a los habitantes del barrio, creando encuentros entre ellos, sacándoles del individualismo y de la soledad urbana.
Esta pieza se realizó con la cooperación de vecinos que aportaron sus lámparas usadas, ya fueran viejas o de diseño moderno, para unirlas y encenderlas a la vez en la plaza del barrio. Los creadores de la obra de arte, además de voluntarios de la zona, contaron con escenógrafos, electricistas y técnicos para configurar la instalación. Al final, unas cien personas ayudaron a formar esta obra de arte y cada a cada participante se le llamaba “héroe”. Héroe por entregar su tiempo y su esfuerzo para el bien común de forma altruista. Cada luz podría representar a uno de estos héroes, que quizás ellos mismos no se veían como tales pero desde el momento en que proyectan luz se trasforman en transmisores de energía.
Una persona me comentó que cuando se acercó a la instalación le dio la sensación de caos, de desorden, casi de vertedero de lámparas en plena calle. Pero que ante su confusión alguien le indicó que subiera a una escalera para verlo mejor. Dudó si le interesaba pero al final se aventuró… ¡Vaya espectáculo apareció ante sus ojos! Todo el desastre se había unificado creando las palabras “NOSOTROS SOMOS AMSTERDAM” y las lágrimas llenaron sus ojos.
Cada lámpara individualmente podría ser casi un objeto de contenedor, sin ningún interés. Pero unida a las demás y creando una luz agrupada, todo cobraba sentido. Es claramente una metáfora de nosotros mismos, de nuestra pobreza individual, que cuando es puesta al servicio de los demás da un fruto por encima de nuestras posibilidades.
Es interesante que la grandeza y la belleza de la instalación no se compruebe hasta que la persona osa ascender y verla con perspectiva desde lo alto. Tantas situaciones en nuestra vida se nos hacen un nudo y solo vemos el caos, hasta que nos arriesgamos a entregárselas a Dios, a despegarnos de la tierra y verlo desde Su perspectiva, entregándoselo a Él. Solo entonces todo cobra sentido y el desastre se transforma en belleza.
Sin duda, al decir que las personas que irradian luz son las que configuran Amsterdam, es una forma en el título de decir que únicamente existes si das luz a tu alrededor, si proyectas la Luz de Dios a los que te rodean. “Yo soy la luz del mundo” (Jn 8,12); seamos nosotros bombillas de esa luz en el mundo, aunque nuestras lámparas no valgan nada. La luz que proyectan está por encima de la estructura que las proyecta.
¡Feliz Navidad y sed radiantes!