El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz. El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él. Juan 3, 31-36
Escuchar de nuevo en la Iglesia de este Tercer Milenio, el testimonio que San Juan Bautista da de Cristo, es como sentir la espada de dos filos de la Palabra de Dios penetrar hasta los entresijos del ser, sacando a la luz lo oculto, purificando lo perverso, haciendo resplandecer la Verdad. Porque la Verdad es conocida, adherirse a ella o rechazarla es cuestión de decisión personal, libre, responsable.
La dinámica matrimonial soporta la gozosa declaración de Juan: «el amigo del Novio se alegra mucho con la voz del Novio… mi alegría ha alcanzado su plenitud… El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en su mano. El que cree en el Hijo tiene Vida Eterna, el que rehúsa creer en el Hijo, no verá la Vida, sino que la cólera de Dios permanece sobre él.» (Jn 3, 29-36).
Como invitados a las Bodas del Cordero, en cada Eucaristía lo somos, se nos piden la invitación y el vestido de bodas.
La invitación:
Salid a los cruces de los caminos, y haced entrar a los pecadores para que por la presencia en la Iglesia del Mesías sean perdonados nuestros pecados, que vengan los cojos para que Cristo los levante, los ciegos para que Él – que es la Luz – les de la vista, entren los leprosos que serán purificados, y los muertos que Él va a resucitar.
Todos esto lo tenemos experimentado en la Iniciación cristiana post-bautismal dónde somos gestados en la fe para participar de la Vida Eterna, para gozarnos con el Esposo Jesucristo muerto por nuestros pecados y Resucitado para nuestra santificación y plenitud.
Decimos con San Juan: «¡Éste es el Cristo!»: «¡El Evangelio es anunciado a los pobres!»
El vestido de Bodas:
Lo tienen los que han recibido el Bautismo, que precede necesariamente al Banquete Eucarístico, que vengan, que ahora se alimenten del Cuerpo y la Sangre del Cordero.
¡Maran atha!
La súplica es escatológica, litúrgica y existencial, nos ayuda a rezar sin desconectarnos de la vida, abriéndonos a la esperanza.
El Cardenal de Sao Paolo (Brasil) ha sido agredido públicamente en la Misa Crismal; el obispo de Arequipa Javier del Rio perseguido por su posicionamiento en las elecciones del Perú; los obispos de Alcalá de Henares lo mismo, por defender a los fieles en materia de fe y costumbres.
Cuando se acerca el Novio, los amigos del Novio suenan el shofar en la tradición judía, es la función del Bautista.
Leyendo la Segunda Carta a los Tesalonicenses encuentro: «Primero tiene que venir la Apostasía, Manifestarse el hombre Impío, el Hijo de perdición, el Adversario que se eleva sobre todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de culto, hasta el extremo de sentarse él mismo en el Santuario de Dios y proclamar que él mismo es Dios… el misterio de la impiedad ya está actuando… entonces se manifestará el Impío, a quien el Señor destruirá con el soplo de su boca, y aniquilará con la Manifestation de su Venida.» (2 Tes 2, 3-8).
Nos ayudará recordar las palabras de Pío XI en la Mit Brennenger Sorge (&8), en tiempos de Hitler, el Anticristo alemán, donde el Papa identifica este Santuario con el Santuario espiritual de las almas de los inocentes profanada por la educación nazi:
«Cuando se busca profanar el tabernáculo del alma del niño(a) santificada por el Bautismo, con una educación anticristiana… entonces la profanación espiritual del Templo está próxima y el deber de cada creyente de separar claramente su responsabilidad y la de la parte contraria y su conciencia de cualquier colaboración pecaminosa en semejante nefasta destrucción… No nos cansaremos de encarar francamente la autoridad responsable por la ilegalidad de las medidas violentas tomadas hasta ahora. No os olvidéis de esto: Ningún poder terreno puede desligaros del vínculo de responsabilidad querido por Dios, que os une a vuestros hijos. Ninguno de los que hoy oprimen vuestro derecho a la educación y pretenden sustituiros a vosotros en vuestros deberes de educadores, responderá por vosotros al Juez eterno, cuando os pregunte: «¿dónde están los que os dí?» Que cada uno de vosotros esté a la altura de responder: «No perdí ninguno de los que me diste.»
Mutatis mutandis la actualidad de esta amonestación es sorprendente y no te equivocas si piensas en la Ideología de Género.y en la Ley de Transexualidad impuesta en la Comunidad de Madrid.
El estupor, la indignación, la anestesiante propuesta de prudente inacción, no harán callar la responsabilidad ante los propios hijos, punto de referencia en la Family Day de este año en el Circo Máximo (Roma), y la responsabilidad ante Dios que recordaba enérgicamente Pío XI.