Hay personas que darían lo que fuese con tal de salvar las especies animales. El ser humano es mucho más vulnerable y necesita más cuidados para sobrevivir. Cuando amamos mucho a una persona, somos capaces de hacer cualquier sacrificio por ella…, pero al embrión humano no lo conocemos –nunca le hemos visto el rostro- y por ello pensamos que podemos borrarlo fácilmente. Todo ser humano tiene una misión, y es lógico darle la oportunidad de vivir, quizás en compañía de padres adoptivos. Muchos matrimonios desean ardientemente un hijo. Nadie sobra en el mundo.
“¿Es justo eliminar una vida humana para resolver un problema?”, plantea el Papa Francisco. Cuando el Estado no pone su poder al servicio de los derechos de todo ciudadano, y particularmente de lo más débiles, se quebrantan los fundamentos mismos del estado de derecho. “Una nación se sentencia a sí misma cuando sus gobernantes legalizan lo malo y prohíben lo bueno”, decía Martin Luther King. El aborto es el ‘sin sentido’ de toda cosa. Es la muerte que vence contra la vida. Es el miedo que vence sobre el corazón. El aborto es elegir quién tiene derecho de vivir y quién no.
Atentamente, Rebeca Reynaud, SLP, SLP 78216