Ya son 19 los Estados que equiparan las uniones del mismo sexo al matrimonio. ¿En qué sentido estamos «en el año 1973 para el matrimonio», como han dicho los organizadores de la Marcha por el matrimonio en la que usted participó el 19 de junio?
Por todo el país estamos viendo muchas decisiones judiciales a nivel de tribunales de apelación que anulas las legislaciones y enmiendas constitucionales estatales que definen el matrimonio como unión entre un hombre y una mujer, como se ha entendido en cada sociedad desde el comienzo de la raza humana. Es probable que el Tribunal Supremo decida sobre esta cuestión el próximo curso. Es posible que pueda haber, sobre el matrimonio, una decisión similar a la que hubo sobre la cuestión del aborto en 1973, con la infame decisión de Roe vs. Wade. Entonces, el aborto se legalizó en todo el país por la decisión de un tribunal, en vez de permitir a los estados que decidieran por sí mismos. Nos estamos preparando para una posible decisión así el próximo curso, por lo que queremos movilizar y formar a nuestro pueblo, ayudarles a entender la verdad y el bien del matrimonio ahora, antes de que llegue al Tribunal, para que -ojalá- el Tribunal se dé cuenta de que hay mucho apoyo en nuestro país para esta concepción universal del matrimonio.
¿No es muy significativo que la cuestión del matrimonio dependa del Tribunal Supremo? ¿Qué cree que significa esto?
Sí, lo veo significativo. Creo que es un hecho muy significativo que las personas que trabajan duro para aprobar, por una votación popular, una legislación -ya sea una ley o enmienda a su Constitución estatal-, ahora se encuentren sin ninguna defensa por parte del Estado. Los Fiscales Generales estatales de diferentes estados de todo el país están negándose a defender la ley de sus estados, un deber que han jurado cumplir, ¡a veces incluso apoyando a quienes se oponen a la ley del estado! En California, los promotores de la Proposición 8 -una enmienda a la constitución estatal que definía el matrimonio- tuvieron que contratar y pagar ellos mismos a un asesor legal para defender la ley, porque el estado se negaba a hacerlo.
Después de pasar por varios sistemas judiciales -el estatal, y los tribunales de distrito y de apelación en el sistema judicial federal- dieran la razón a los promotores, el Tribunal Supremo de Estados Unidos votó para negarles la razón. Así, quienes trabajan muy duro y dieron con mucha generosidad y se sacrificaron mucho para implicarse en el proceso democrático para promover una ley que creían sinceramente que sirve al bien común, quedaron indefensos; y era una ley estatal. Estos suscita mucha preocupación sobre qué nos depara el futuro de la democracia.
¿Se organizó la Marcha por el matrimonio el 19 de junio para coincidir con la Quincena por la libertad convocada por la Conferencia Episcopal de Estados Unidos?
No era ésa la intención. La intención era que tuviera lugar el 26 de junio, el aniversario de la decisión del Tribunal Supremo que el año pasado anuló la Ley de Defensa del Matrimonio, declarándola inconstitucional, y, como he dicho antes, negándoles la razón a los promotores de la Proposición 8. Cuando los organizadores solicitaron permiso para ese día, les dijeron que esa fecha no estaba disponible. La fecha más cercana que les ofrecieron fue el 19 de junio.