El NOM es una elaboración de las ideologías controladas por la Masonería, las ideologías nacidas en los siglos XVIII, XIX y XX, el liberalismo, el socialismo, el comunismo, emplearon el laicismo masónico para combatir y destruir a quien era y es su enemigo en los espacios públicos de la cultura y de la enseñanza, que preconiza la justicia y de la verdad en la sociedad del bien común, y no de los intereses de poder: la Iglesia Católica.
En el Siglo XXI, todas las mencionadas ideologías coinciden en la neomarxista y neoliberal ideología de género, arma mediático-política que controla el Nuevo Orden Mundial que ya es una de las estructuras de dominio global de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) junto al foro mundial secreto del poder sinárquico u oligárquico del llamado Club Bilderberg, surgido en 1954, siglo XX. En éste siglo como en el XXI, se ha puesto en marcha la revolución global del NOM, del Nuevo Orden Mundial o nomunacionalismo globalizado del relativismo laicista y la ideología de género.
La Masonería globalizada en el siglo XXI, continúa reactivando el laicismo deísta, ecológico-panteísta y relativista, luciferino y satánico, contra el Cristianismo Católico. Lo hace desde los medios de poder de las ideologías que están en los distintos poderes de las democracias de Occidente, y como era y es su estrategia antigua, introduciéndose en las instituciones cristianas católicas, para destruir a la Iglesia Católica, la milenaria institución histórica más sólida de la Historia, porque su fuerza se sostiene en la unidad espiritual de Cristo, bajo la autoridad espiritual y universal del Papa junto a los obispos, cardenales y sacerdotes en comunión fraterna con los laicos.
Ejemplos de esa intromisión para controlar y destruir el poder espiritual universal de la misión evangelizadora de la Iglesia Católica, lo tenemos en los Estados Unidos donde ha ido en aumento la apostasía, más que la disidencia de 20 colegios y universidades católicas. Según un último informe del año 2014 de la institución independiente que analiza la enseñanza católica, Cardinal Newman Society, los colegios y universidades han apostatado de lo que indica la Conferencia Episcopal a las escuelas y universidades, a los hospitales, a las organizaciones caritativas, a los medios de comunicación y a otras instituciones católicas: «no deben homenajear a aquellos que abiertamente desafían nuestros principios morales fundamentales», como tampoco aquellos que presentan «plataformas políticas en las cuales se sugiere el apoyo a estas acciones», con reconocimientos, premios, invitaciones u honores.
Así se han invitado a conferencias o a los actos de graduación, y hasta se han dado doctorados honoris causa, a políticos o personalidades, que para mayor desfachatez se atreven a considerarse católicos, defienden el aborto, el falso matrimonio homosexual, los abortistas pseudo-derechos reproductivos de las mujeres, o bien, a teólogos de la neomarxista teología de la liberación, que mantienen proposiciones heréticas sobre la divinidad de Cristo.
Han desobedecido el documento Catholics in Political Life (2004) (Los Católicos en la Vida Política) de la Conferencia Episcopal Norteamericana, que se fundamenta en la Constitución Apostólica del papa San Juan Pablo II, Ex Corde Ecclesiae(1990).
En las primeras décadas del siglo XXI, el Cristianismo Católico, en Occidente, y no hablemos de las persecuciones del islamismo terrorista en Asia y África, en Occidente, la Unión Europea, al igual que América, con el olvido de su identidad histórica cristiana, siguen padeciendo las persecuciones mediático- políticas contra los valores de los Derechos Humanos.
Son ataques del neolaicismo masónico, bien esotéricos, es decir, ocultos, pero también exotéricos, es decir, descarados y directos que emplean, desde las estructuras de los estados que gobiernan, el neoliberalismo, el neosocialismo o el neocomunismo, por medio de métodos de injusticia global como es el economicismo de la exclusión de los más débiles y necesitados a través de la contracultura de la muerte, que se viene diseñando con la revolución global del Nuevo Orden Mundial basada en una economía controlada por el Fondo Monetario Internacional(FMI)y el Banco Mundial de las Naciones Unidas(ONU), cuyas políticas financieras y comerciales se acompañan de la ideología de género: contra los más débiles e indefensos, el aborto y la eutanasia que provoca el hundimiento demográfico y legaliza la muerte por sinrazones de rentabilidad y gestión socio-económica; denigración del matrimonio natural hombre y mujer; educación ideológica, afectivo-comprensiva y no integral; imposición de las orientaciones seudosexuales del homosexualismo, el feminismo radical, el lesbianismo y el transexualismo contra la sexualidad natural que se fundamenta en el amor complementario y de recíproca responsabilidad, mujer y hombre.
El control del neolaicismo masónico, deísta, pagano, ecológico-panteísta, relativista, profiloislámico teocrático terrorista, luciferino o satánico, en Europa o América, extiende sus redes mediático-contraculturales en los gobiernos neoliberales, neosocialistas o neocomunistas, e incluso, como en los siglos XVIII, XIX y XX, en los parlamentos de las democracias de Occidente, en las multinacionales, en los grupos financieros y comerciales internacionales, y, por supuesto en algunas instituciones sociales, educativas, sanitarias y culturales de la Iglesia Católica.
Diego Quiñones Estévez
8. Cardinal Newman Society. Promoting and Defending Faithful Catholic, “SPECIAL REPORT: A Decade after Bishops’ Policy, Catholic Commencement Scandals Make Sudden Return”: http://www.cardinalnewmansociety.org / CatholicEducationDaily/ DetailsPage/tabid/102/ArticleID/3255/, May 7, 2014.