Veamos algunos ejemplos textuales de las Máximas de la Masonería Egipciana, que, se contextualizan tanto en el tiempo del que fue el rey felón y traidor a España y al proyecto de dominio del liberalismo franc-masónico anticatólico, el Borbón absolutista Fernando VII (1784-1833), como en los tiempos posteriores de los siglos XX y XXI. Una revolución amoral de ingeniería sociopolítico-masónica del neolaicismo del régimen liberal con sus revoluciones guerracivilistas, también se ajusta a lo que ha sucedido y sucede en la actual situación de crisis total en la que se encuentra España en la primera década del Siglo XXI por parte del neosocialismo y el neoliberalismo, que se concreta en leyes intervencionistas que han pervertido la Constitución Española de 1978, porque atentan contra las libertades públicas, contra los Derechos Humanos, como el derecho a la vida, a la libertad de conciencia y religión o a la libertad de enseñanza, en éste último caso, con la discriminación y degradación, para destruir la identidad cristiana católica de la sociedad civil, de la enseñanza pública de la Religión y Moral Católica, con laicistas leyes gemelas como la LOGSE y la LOE de los neosocialistas, y la LOMCE de los neoliberales:
“Siendo probable que el sistema constitucional no pueda prevalecer en España por ahora, mediante las superiores fuerzas militares que los tiranos de Europa han introducido en ella, y también la connivencia de los españoles realistas y esfuerzos con que el clero han cambiado de aspecto del sistema político, el orden masónico deberá sostener con todos sus fondos y fuerzas físicas y morales a los periodistas extranjeros, cuidando de que se les suministren con abundancia socorros pecuniarios, a fin de que sostengan la fuerza moral de la opinión republicana, mientras se dispone y dirige a la física para el sacudimiento general de España. Éstas serán las dos bases primordiales de todas las logias, sostener y aumentar la fuerza moral de la revolución y preparar por todos los medios excogitables la física.
Todos los fondos disponibles del orden en Europa y América pertenecientes a las logias egipcianas estarán dispuestos para cuando, con orden expresa del Gran Oriente de España, se exijan (…).
(…)
Promoverán toda suerte de opiniones para que se formen diversos partidos, se animarán a todos ellos con el objeto de sacarles todos sus secretos, los enconarán en términos de hacerlos irreconciliables (….).
Siendo los conventos e iglesias de España, las escuelas y muros antimasónicos más terribles, y no pudiéndose engañar al supersticioso Fernando para que les declare la guerra viva que les ha promovido y apetece nuestra Orden(y de que acaban de salir tan victoriosas por sus disposiciones), se cambiará de táctica en esta parte, atacándolas insensiblemente por medio de los incendios, los cuales se harán recaer sobre aquellas de más concurrencia y celebridad, para disminuir a los fanáticos el incentivo de sus beaterías y supersticiones, que no ya no será fácil reedificarles.
Serán las primeras, por ejemplo, las de los llamados jesuitas, antiguos e implacables enemigos de la Masonería; los templos más famosos en que son más activas y estimulantes la institución cristiana y frecuencia de sacramentos, y, por este orden, las escuelas de Cristo, bóvedas y oratorios filipenses. El fuego se ha de disponer según la gran receta y secreto anunciado hace poco tiempo (….).
(…)
(…) Los fondos públicos y de particulares serán invadidos, las alhajas de todas las iglesias quedarán ocupadas y extraídas, y los conventos regulares de ambos sexos, catedrales y parroquias sufrirán la misma suerte. Por ahora y mientras dure la revolución, no habrá en ellos culto público, y sus ministros serán todos fusilados, como también los realistas más decididos.
Cuando hayamos logrado que el sacudimiento sea general se llamará a la Nación a que se arme en masa para defender su independencia (…)
De este modo lograremos una aptitud imponente, que haciéndonos respetables a Europa, nos ponga en disposición de establecer con seguridad el gobierno institucional o popular, que es el más análogo con las luces del siglo y que podrá coadyuvar a la libertad del género humano según nuestras máximas y principios, reducidos a que no haya a sus tiempo déspotas ni altares en todo el mundo”.
Otro texto historiográfico son Los Protocolos de los Sabios de Sión de 1903. Surgió en el siglo XIX, y forman un conjunto de máximas o enseñanzas de la masonería, que en sus máximas textuales nos desvelan que los principios de la Revolución Francesa, “Libertad, Igualdad y Fraternidad”, que son principios y valores cristianos católicos de las naciones de Europa, en manos de las terribles revoluciones laicistas, fueron vaciados de su fundamento moral, para transformarse en el fin que justificaba los medios de la fuerza, la violencia, el terror de la ley del más fuerte. Gobernar por la violencia y el terrorismo de estado, pues, la ley, el derecho, es la fuerza, la violencia, el terror.
“La política no tiene nada de común con la moral. El gobierno que se deja guiar por la moral, no es político y por consecuencia, su poder es frágil. El que quiere reinar debe recurrir a la astucia y a la hipocresía. Las grandes cualidades morales, la sinceridad y la honradez son vicios en la política, porque arrojan a los reyes de sus tronos, con más facilidad que el enemigo más poderoso.
Estas cualidades deben ser los atributos de los reinos cristianos, pero nosotros no debemos tomarlas como guías.
(…)
Hemos sido nosotros los primeros, que hemos lanzado al pueblo las palabras, <<Libertad, Igualdad, Fraternidad>>:palabras repetidas tantas veces en lo sucesivo, que no han sido empleadas más que para destruir las prosperidad del mundo, la verdadera libertad individual, en otros tiempos tan bien garantizada contra la tiranía de la masa.
Hombres que se creían inteligentes, no han sabido encontrar el sentido oculto en estas palabras, no han visto la contradicción que en ellas se encerraba, no han comprendido que no hay igualdad en la naturaleza, que no puede haber libertad, que la naturaleza misma ha establecido la desigualdad en los espíritus, en los caracteres, en las inteligencias; estos hombres no han comprendido que la masa es una fuerza ciega; que los arribistas que ella escoge para gobernarla, son tan ciegos como ella misma; que el iniciado, aunque sea tonto, puede gobernar, en tanto que la masa de los no iniciados, aunque llena de genios, no entiende de política.
(…)
Nosotros nos presentaremos ante el obrero, como los libertadores de este yugo, proponiéndole su entrada en esto ejércitos socialistas, anarquistas y comunistas, que sostenemos constantemente, bajo pretexto de solidaridad entre los miembros de nuestra masonería.
(…)
Recordar la revolución francesa, a la que nosotros hemos dado el nombre de <<grande>>; los secretos de su preparación nos son bien conocidos, porque toda ella salió de nuestras manos.
Desde entonces, nosotros llevamos al pueblo de decepción en decepción, con el fin de que renuncie, en provecho <<del rey déspota de la sangre de Sión, que nosotros preparamos para el mundo.
(…)
Cansaremos tanto a los cristianos, de esta libertad que <<nosotros les obligaremos a ofrecernos un poder internacional, cuya disposición será tal, que podrá, sin abatirlas, reunir todas las fuerzas de todos los Estados del mundo y formar el Gobierno Supremo>>.
(…)
En una palabra, para resumir nuestro sistema coercitivo sobre los países cristianos de Europa, haremos ver nuestra fuerza, la daremos a conocer por medio de atentados, o sea, por el terror.
(…)
<<Es de nosotros, de donde viene el terror que ha invadido todo. Tenemos a nuestro servicio hombres de todas las opiniones, de todas las doctrinas; restauradores de monarquías, demagogos, socialistas, comunistas, y toda clase de utopías>>. Cada uno de ellos mina por su lado, los últimos recursos del poder, y se esfuerza en derribar todo lo que aún permanece en pie”.
Diego Quiñones.
2. Ídem, “Las modificaciones inglesas de 1738 y de 1813”, ps 32-33.
3. Proyectos históricos para la Dominación Mundial. Las Constituciones de Anderson (1723). Máximas de la Masonería Egipciana (1823). Los Protocolos de los Sabios de Sión (1903), Edic. Sekotia, Madrid 2013, Cap. I, ps 35-36; 59-61; 63-64.
4.Ídem, ps 90; 93-94.
5.Ídem, ps 102 y 104, CAP. III.
6. Ídem, ps 113 y 118, CAP. V y CAP. VII.
7. Ídem, p. 122, CAP. VIII.