La Santa Sede ha confirmado el fallecimiento, que se ha producido a las 9:34 horas de este sábaDO
El Papa emérito Benedicto XVI ha fallecido este sábado, 31 de diciembre, a los 95 años de edad, tal y como ha confirmado el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni.
«Con pesar, doy a conocer que el Papa emérito Benedicto XVI ha fallecido hoy a las 9:34 horas en el monasterio Mater Ecclesia del Vaticano. Apenas sea posible, se proporcionará mayor información», reza el comunicado.
Este lunes se abrirá la capilla ardiente en la basílica de San Pedro. El Papa Francisco presidirá el funeral el jueves 5 de enero a las 9:30 horas en la plaza de San Pedro, una celebración que será sencilla.
La muerte del Pontífice alemán se produce casi diez años después de que presentara su renuncia —el 11 de febrero de 2013—, un hito que no se producía desde 1415. Además, es la primera vez en más de 600 años que el fallecimiento de un Papa no significa el fin de un Pontificado.
El estado de salud del Pontífice alemán se había agravado en los últimos días, tal y como confirmó el Papa Francisco el pasado miércoles durante la audiencia general. «Oremos por el Papa emérito Benedicto XVI, que en el silencio sigue rezando por la Iglesia. Pidamos al Señor que lo consuele y lo sostenga en este testimonio de amor a la Iglesia hasta el final», pidió.
Falleció con serenidad
Según cuenta Javier Martínez-Brocal en el diario ABC, estos últimos días el Papa emérito pedía disculpas continuamente a quienes lo acompañaban en el monasterio Mater Ecclesiae «por la lata que os estoy dando y os he dado en estos años».
También revela que Benedicto XVI recibió la comunión por última vez este viernes y que, según los testimonios de sus allegados en estas últimas horas, falleció «con gran serenidad».
Según informa La Nación, las últimas palabras del Papa alemán antes de morir fueron: «Jesús, te amo». Poco después de ese momento llegó el Papa Francisco para bendecirlo y rezar delante de sus restos mortales. Georg Gänswein fue el encargado de darle la triste noticia.
Además del secretario particular, en la habitación del primer piso del monasterio Mater Ecclesia estaban, según narra Elisabeta Piqué, la vaticanista que firma la noticia, sus dos médicos, las cuatro mujeres consagradas del grupo Memores Domini, su secretaria alemana y dos enfermeros.