«Cuando tomé la decisión de dimitir como ministro del gobierno de España, una de las decisiones que acompañaron a la misma eran apartarme de la vida pública. Desde aquella fecha no he comparecido ante los medios de comunicación», porque «era mejor entrar en un momento de reflexión», dijo el ex ministro a modo de presentación. No obstante, «cuando el Presidente de la Asociación Católica de Propagandistas me llamó y me invitó a compartir con ustedes unas reflexiones», «ni supe ni pude decir que no» a Carlos Romero.
Gallardón dio a entender que el estrecho vínculo entre este Congreso y «la razón de ser» de su compromiso político. Además, se refirió a su vínculo con el obispo auxiliar de Madrid y consiliario nacional de la ACdP, monseñor Fidel Herráez a quien tiene «muy cercano» y le debe «agradecimiento por cómo me ha ayudado, por cómo me ha acompañado, cómo me ha entendido y cómo me ha perdonado a lo largo de todos estos años».
El agradecimiento se hizo extensivo al Presidente del Foro Español de la Familia, Benigno Blanco, sentado en ese momento a su lado, ya que éste fue el encargado de presentarle. «Yo, cuando llegué al Gobierno, sabía lo que quería hacer, pero reconozco, y no me duelen prendas, que necesitaba mucha ayuda para saber cómo hacerlo. Yo sabia siempre que defender el derecho a la vida tenía que ser la marca sobre la cual construyésemos no solamente un nuevo discurso de una nueva legislatura, sino de un nuevo tiempo y un nuevo pensamiento, y desde el cual fuéramos capaces de vencer esa pretendida superioridad moral de la izquierda que tanto ha acomplejado al pensamiento en este país, y recurrí a Benigno Blanco. Fue Benigno quien me ayudó con su generosidad, con su tiempo, con su entusiasmo, quien me acompañó en los momentos más difíciles, y cuando el final las cosas terminaron como ustedes saben que han terminado, tuvo la generosidad de decir que la lucha, que el esfuerzo, al margen de los resultados, ha merecido la pena».