El Grupo de Identidad y Diferenciación Sexual de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición publicó un informe en el año 2015 bajo el título “Disforia de Género en la infancia y la adolescencia”.
En dicho documento, los expertos explican que en la adolescencia “no sólo se ocasionan modificaciones físicas, también se produce un gran desarrollo intelectual, incluyendo la aparición del pensamiento simbólico en el estadio de las operaciones formales y la autoconciencia (nunca antes de los doce años y a veces mucho más tarde)”.
A continuación, indican que otro factor a tener en cuenta durante la adolescencia es la persistencia de la disforia de género. En dicho informe, se expone que “diferentes estudios dan resultados dispares, pero hay un denominador común: la persistencia en niños es claramente menor que en adultos. Los datos de persistencia indican que una gran mayoría (80-95%) de niños prepuberales que dicen sentirse del sexo contrario al de nacimiento, no seguirá experimentando tras la pubertad la disforia de género, dificultando con ello el establecimiento de un diagnóstico definitivo en la adolescencia”.
“Por el contrario -prosiguen-, se sabe que si la identidad cruzada continúa tras el inicio de la pubertad(un 20 o 5% del total), la DG (disforia de género) se mantendrá en general en la edad adulta. Por consiguiente las valoraciones psicológicas en niños deben ser más cuidadosas aún que en adultos, deben ser realizadas por personal especializado en DG y deben evitar en lo posible intervenciones médicas dañinas o irreversibles”, concluyen.
‘La disforia de género, un trastorno mental’
El Colegio Americano de Pediatras emitió un comunicado titulado La ideología de género hace daño a los niños en el que confrontaba ideología con ciencia y recordaba lo dañina y peligrosa que la ideología de género es para los más pequeños.
En uno de los apartados de dicho informe, los expertos defendían lo siguiente: “La creencia de una persona de que él o ella es algo que no es constituye, en el mejor de los casos, un signo de pensamiento confuso. Cuando un niño biológicamente sano cree que es una niña, o una niña biológicamente sana cree que es un niño, existe un problema psicológico objetivo en la mente, no en el cuerpo, y debe ser tratado como tal”.
“La disforia de género, antes denominada trastorno de identidad de género, es un trastorno mental así reconocido en la más reciente edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-V). Las teorías psicodinámicas y de aprendizaje social sobre la disforia de género o trastorno de identidad de género nunca han sido refutadas”, concluyen.