Este sábado, 18 de enero, dará comienzo el Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos, que este año tiene como lema ¡¿Es que Cristo está dividido? (1 Corintios 1, 1-17)’. Con este motivo, los obispos de la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales han hecho público un mensaje en el que explican que los materiales para la Semana de Oración de este año, 2014, han sido elaborados por un grupo ecuménico de Canadá, y “en ellos se nos invita a apreciar, agradecer y recibir los dones espirituales y de fe presentes en otras Iglesias y comunidades eclesiales, incluso ahora en medio de nuestras divisiones, y a seguir trabajando y orando juntos por la unidad visible de los cristianos”.
También recuerdan la celebración, en octubre del año pasado, de “un importante encuentro entre la Iglesia católica y la comunidad judía internacional, la XXII Reunión del Comité de Enlace Judeo-Católico, que es el órgano oficial de contacto entre la Iglesia y el mundo judío surgido a raíz de la declaración conciliar Nostra aetate. Estas reuniones, junto a lo que significan para el diálogo entre la Iglesia y el pueblo de la alianza, constituyen también una oportunidad para renovar las relaciones de amistad con la comunidad judía internacional y local”.
En alusión al Año de la Fe convocado por Benedicto XVI, confiesan que a lo largo del mismo “hemos tenido ocasión de rehacer el camino de la fe, de profundizar en el acto de creer y en sus contenidos”. Y señalan que “tendremos ocasión en este año y el siguiente de celebrar el aniversario de los documentos conciliares fundamentales relacionados con la labor de esta Comisión Episcopal, como son el decreto sobre el ecumenismo Unitatis redintegratio (21-XI-1964), el decreto sobre las religiones no cristianas Nostra aetate (28-X-1965), y el dedicado a la libertad religiosa Dignitatis humanae (7-XII-1965)”, entre otras acciones.
Aseguran que la crisis de fe que vive nuestra sociedad, y que motivó la convocatoria del Año de la Fe, “hace mella también dentro de nuestras comunidades” y “debe llevarnos a las Iglesias y comunidades eclesiales a unirnos más, también para combatir los efectos tan nefastos de la secularización y para defender los valores fundamentales que compartimos, como los relacionados con la familia, la vida y la justicia social y ecológica”. “Esta defensa y promoción de los valores fundamentales, prosiguen, también debemos hacerla junto con los miembros de otras religiones que comparten nuestra preocupación por la paz, la justicia y la salvaguardia de la creación”.
Manifiestan su “cercanía a los muchos cristianos que por causa de su fe sufren persecución y discriminación en todo el mundo, especialmente en Oriente Medio, África y Asia”, y destacan entre otros países Siria, “donde la guerra civil está causando verdaderos estragos en las comunidades cristianas, con muchos hermanos nuestros obligados a dejar sus casas y trabajos”. Y su preocupación por la situación de los cristianos en Irak y Egipto. Y concluyen señalando: “¡Que la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2014, junto a impulsar a todos los cristianos hacia la unidad visible tan deseada por el Señor, nos lleve también a una solidaridad efectiva y afectiva con los hermanos nuestros que sufren persecución a causa de su fe y a comprometernos con ellos por la libertad y la paz!”.