San Ignacio, en los Ejercicios Espirituales, invita a poner los cinco sentidos al contemplar el nacimiento de Jesús:
“1º punto. El primer punto es ver las personas con la vista de la imaginación, meditando y contemplando en particular sus circunstancias, y sacando algún provecho de la vista. (122)
2º punto. El 2º: oír con el oído lo que hablan o pueden hablar, y refiriendo en sí mismo, sacar dello algún provecho (123)
3º punto. El 3º: oler y gustar con el olfato y con el gusto la infinita suavidad y dulzura de la divinidad del ánima y de sus virtudes y de todo… (124)
4º punto. El quarto: tocar con el tacto, sí como abrazar y besar los lugares donde tales personas pisan y se asientan, siempre procurando de sacar provecho de ello (125).”
Para atender a la recomendación ignaciana, he salido a los caminos y me he encontrado con los pastores a la hora en que sestean las ovejas; y me vino a la memoria el verso del Cantar de los Cantares: “Dime, amado mío, dónde pastoreas, | dónde sesteas al mediodía, | para que no sea como una errante, | tras los rebaños de tus compañeros”.
Y he comprendido que para encontrar el amor del alma hay que buscarlo con sosiego y descanso.
Ángel Moreno.