¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación? ¿La angustia?¿La persecución?¿el hambre?¿la desnudez?¿los peligros?¿la espada? ( Romanos 8, 35)
0. Persecución y violencia contra los cristianos
Con la caída del telón de acero la figura del enemigo moral comienza muy rápido a diluirse. La cultura global, sustentada en el relativismo, se erige pronto como la única posición teórica sostenible en un mundo en que las seguridades morales ya no existen. Uno de los supuestos beneficios de este antidogmatismo era el de generar, como por arte de magia, una sociedad de
libre-pensadores en la que, por fin, la convivencia pacífica de todo tipo de creencias y pensamientos iba a ser posible. Sin embargo, rara vez el convencimiento de que toda opinión y toda creencia tiene el mismo valor que las demás ha llevado a la arcadia feliz de la alianza mundial o la fraternidad universal ilustrada.
El cristianismo, como posición intelectual y cultural y sobre todo como opción de vida se ha contrapuesto con relativo éxito a aquellos regímenes sociales o políticos que ha considerado inmorales. Enemigo más peligroso que la inmoralidad es una especie de amoralidad general del sistema. Si hay reglas, el juego puede continuar aunque éstas sean injustas.
Como señala el filósofo francés Bernard-Henri Levy “Mientras que el antisemitismo es considerado un delito y los prejuicios anti-árabes o anti-gitanos son estigmatizados, la violencia anticristiana que recorre el mundo no parece tener ninguna respuesta”
Por lo tanto, y según los datos nos enfrentamos a la descripción de la situación del colectivo más perseguido por sus creencias de todo el mundo (cien millones de personas de acuerdo con el informe COMECE de la Comisión de Episcopados de la Unión Europea). Esta persecución tiene unas causas y una tipología distinta en los diferentes lugares en que se produce. Podemos distinguir cuatro tipos generales de ataques contra la libertad religiosa, si bien señalando que no se trata de categorías absolutas y que, llevados a los hechos solemos encontrarnos variantes mixtas:
a. Persecución, expulsión y ostracismo:
Aunque mucho más común en los movimientos antijudíos, está presente en la persecución anticristiana de algunos lugares de Oriente Medio. Se trata de obligar a personas a abandonar su situación social (puesto de trabajo, de representación política, &c.) su domicilio o su lugar de residencia. También puede presentarse como una consideración pública menor, por el mero hecho de profesar esas creencias.
b. Violencia directa:
Es la forma más escandalosa de la persecución, y también la más antigua. La violencia física o psicológica destinada a castigar determinada creencia o a intentar forzar la conversión. Sus variantes son las clásicas: torturas, lesiones, muerte, privación de libertad, &tc.
c. Violencia indirecta:
En la persecución religiosa, la violencia indirecta es quizá la más efectiva y peligrosa. Se trata de crear una situación de paz en el temor, o de temor en la paz. Una ausencia de violencia que puede convertirse en represión en cualquier momento. Se perpetúa a través de actos simbólicos y culturales: cuando en 1931 la imagen de Cristo sita en el Cerro de los Ángeles (Madrid) es fusilada se genera el clima de miedo que caracteriza a la violencia indirecta.
d. Marginación, discriminación y represión:
La vertiente más sutil del ataque a la libertad religiosa es también la que más difícil resulta erradicar incluso en estados democráticos y de derecho. Desacreditar a investigadores por sus creencias, apartar a personas de sus puestos, o crear un clima de burla sobre los que profesan determinada fé son prácticas habituales en nuestros medios de comunicación de masas.
1. Breve historia de la persecución del Cristianismo.
1.- Tipología y causas de las persecuciones históricas.
Cuando pensamos en las primeras persecuciones de la historia del cristianismo, la imagen de los romanos nos viene rápidamente a la cabeza. Sin embargo, de acuerdo con lo que señalan los propios Hechos de los Apóstoles los primeros cristianos (comenzando por el propio Jesús) sufrieron persecución a manos de los jefes judíos de esa época. Pedro y Juan fueron encarcelados por los jefes judíos, incluido el sumo sacerdote Ananías, quien no obstante los liberó más tarde (Hechos 4, 1-21). También relata el Nuevo Testamento la lapidación del primer mártir, San Esteban, por miembros del Sanedrín. Su ejecución fue seguida de una gran persecución .
Los motivos de la persecución judía están relacionados con las consecuencias más directamente políticas que para ellos tenía el nuevo mensaje. Proclamaban la venida del Rey de los Judíos y la instauración de su Reino. Los judíos tenían la obligación, asumida ante los gobernantes romanos, de mantener el orden público. Fracasar en esa tarea habría traído un sinnúmero de problemas para las clases judías más privilegiadas dentro de esa situación. Así, el cristianismo fue reprimido porque no hacerlo dejaba a los líderes judíos en una mala posición ante los romanos, lo que habría hecho peligrar el alto grado de autogobierno concedido por los ocupantes. Por otro lado, la joven secta parecía proponer la subversión de la Ley Mosaica en una cultura caracterizada por lo estricto de sus reglas; como afirma el lechero Tevye en El violinista sobre el tejado, si algo valora el pueblo judío es la observancia de la tradición.
Con la expansión del cristianismo, la Iglesia sufrió un sinfín de vejaciones por parte del Imperio Romano desde el 64, bajo Nerón, hasta la época de Constantino, en la segunda década del siglo IV, fundamentalmente bajo los emperadores Nerón, Domiciano, Trajano, Marco Aurelio, Septimio Severo, Maximino Tracio, Decio, Valeriano, Aureliano y Diocleciano.
Las persecuciones romanas constituyen una serie de medidas destinadas a limitar la extensión del cristianismo o a extirparlo radicalmente del Imperio. Dichas persecuciones llevaron a innumerables cristianos –los mártires- a la muerte por confesar su fe .
Tanto el emperador como el propio imperio estaban revestidos e una legitimad sagrada, debían ser venerados y respetados como reproductores del orden divino de la religión pagana. Los cristianos podían compatibilizar su estilo de vida con el respeto a las instituciones y al oren social establecido, pero la adoración al estado o a sus dirigentes era inconsistente con su idea de Dios único y verdadero.
Por otra parte, los valores sociales que predicaban los cristianos resultaban incomodos para el ya carcomido régimen imperial. Su concepto de justicia y su idea del ser humano como algo valioso en sí mismo chocaban con una sociedad que anteponía otros valores a la vida humana. La esclavitud, el aborto o el infanticidio eran pilares fundamentales de la vida romana. Ya en el siglo III, las autoridades romanas habían perfeccionado los sistemas represivos contra los cristianos, de tal manera, que las persecuciones iban dirigidas principalmente contra la jerarquía de la Iglesia (obispos, presbíteros y diáconos); y cuando los detenían intentaban hacerlos apostatar mediante todo tipo de coacciones y martirios. La apostasía se erigió como una escapatoria para muchos de los castigos más graves pero, de manera sorprendente para los líderes romanos, la estructura de la iglesia no recomendó en ningún momento mentir, lo que sería una tónica por toda la historia. Además, le sirvió a la Iglesia para instaurar el sacramento de la reconciliación, de vital importancia para la vida del cristiano. Aún así el clima de violencia fue horrible:
Si un detenido por la policía romana no quería apostatar de su fe cristiana, después de muchos martirios ‘incluso con el más terrible -de la crucifixión-’ era quemado en la hoguera o decapitado. Si lo decapitaban lo hacían en un descampado, donde dejaban el cuerpo sin enterrar a fin que fuera devorado por los animales con la intención que los cristianos no pudieran recuperar los restos mortales del mártir. En algunas ocasiones los seguidores de estos mártires habían podido retirar el cuerpo de noche, de allí que existan las reliquias de algunos de ellos.”
1.2 ¿Qué queda de las persecuciones históricas hoy?
Aunque pueda parecer exagerado, las causas básicas de persecución del cristianismo a lo largo de su historia quedaron fijadas en la etapa de persecución judeo-romana. Podemos destacar dos factores fundamentales de persecución: en primer lugar una antropología que sitúa el valor del ser humano como algo intrínsecamente valioso por sí mismo. La vida humana es, desde el mensaje cristiano, un valor absoluto a conservar. Las sociedades que a lo largo de la historia y hasta hoy en día fijen valores por encima del ser humano encontrarán un enemigo a batir en el cristianismo. Los socialismos que proponen el bien del grupo por encima del individuo considerarán subversiva una religión que respeta al hombre y lo que de él dimana (como por ejemplo la propiedad privada) por encima de todas las cosas. La sociedad capitalista de masas chocará con los valores cristianos al considerar que el bienestar o la productividad deben anteponerse al individuo concreto. Como señalan diversos autores, las causas de contraposición de los cristianos al aborto a la eutanasia son tan fuertes hoy como lo eran en el imperio romano y generan conflictos como lo hacían entonces.
Esa antropología deriva en una posición, por así decirlo, teopolítica. Cualquier régimen que reclame la veneración del estado como una entidad superior e independiente del set humano encontrará en el pensamiento cristiano una férrea oposición. La secularización de los valores cristianos que produjo la ilustración llevó a la elevación del estado a la categoría de una entidad a admirar y adorar. Los socialismos científicos y los estados del bienestar han heredado esa concepción haciendo del estado o de la patria una nueva religión. En algunas democracias occidentales la crítica al propio sistema democrático llega a considerarse casi blasfema. La posición cristiana es necesariamente iconoclasta con la idealización del orden terrestre venga ésta de donde venga.
Esta posición geopolítica ha llevado también a considerar a los pensadores cristianos que la contribución del mensaje de cristo a la construcción de occidente, tanto en su fondo como en su forma ha sido considerable. La defensa de la herencia sociológica que el cristianismo ha legado en países occidentales ha despertado las críticas de los movimientos políticos y filosóficos descendientes del pensamiento Rousseauniano.
2. Situación actual de la persecución.
2.1 Extremo y medio Oriente.
Como señala Arturo Fontagordo “El odio a Cristo y a su Iglesia sigue manifestándose de modo violento en todo el orbe.” Sin embargo, donde esa violencia se hace más visible y se percibe en toda su intensidad es en la mitad del mundo que está bajo el dominio real o fáctico del Islam: Sudán, Yemen, Arabia Saudí, Pakistán, Indonesia, Mauritania, Argelia, Libia, Egipto y Líbano, país cristiano bajo la bota militar siria. Los países musulmanes han encontrado en el cristianismo un perfecto chivo expiatorio para centrar los problemas que les producen sus tensiones geopolítcas con occidente. Se trata de un enemigo ideal porque es identificable, en la mayoría de estos países existen pequeñas comunidades cristianas que permiten dibujar un enemigo menos difuso, más cercano. Unos 150,000 cristianos murieron en oriente medio en 2010 por odio a su fe y unos 300 millones viven bajo amenaza en los países de creencia musulmana e hindú .
Un análisis publicado por el Denver Post y elaborado por los profesores Jonathan Adelman y Agota Kuperman , revela que «En la siguiente década, más o menos en ese periodo de tiempo de acuerdo a lo que se da en el presente, habrá, si es que hay, muy pocos cristianos viviendo en Belén, lugar donde nació Jesús. Lo mismo en Nazaret, donde Jesús creció, y hasta en Jerusalén, donde cerca de 600 iglesias históricas existen todavía», afirma el estudio y explica que «los cristianos en el territorio palestino han caído del 15 por ciento de la población árabe en 1950, a tan solo 2 por ciento de hoy. Belén y Nazaret, que han sido pueblos abrumadoramente cristianos, tienen ahora una fuerte mayoría musulmana». Para los especialistas en movimientos islámicos «la única gran causa es la presión de los radicales musulmanes. Para estar seguros, también ha habido otras razones para estos exilios. Los cristianos educados del medio oriente algunas veces se han ido por razones económicas, otros para evitar el inicio de violentos conflictos». Sin embargo, «un grupo entero de cristianos no abandona la tierra en donde sus ancestros han vivido cerca de 2000 años simplemente por buscar una sociedad más próspera. Esa gente ha tenido que ser presionada para salir. Y eso es precisamente lo que los radicales islámicos tratan de hacer».
Los autores analizan algunos de los casos más importantes: «En Egipto, muchas leyes o costumbres favorecen a los musulmanes y su constitución proclama al Islam como la religión del estado. Es casi imposible construir o restaurar iglesias al tiempo que muchos miles de nuevos edificios musulmanes han sido aprobados por el estado. Las leyes prohíben las conversiones de musulmanes al cristianismo.” La nueva situación egipcia no parece que vaya a beneficiar a los cristianos, sino más bien lo contrario. La caída del régimen laico (aunque filo-islámico) de Hosni Mubarak probablemente favorecerá a movimientos de base islamitas como los Hermanos Musulmanes.
En Arabia Saudita, todos los ciudadanos deben ser musulmanes, es ilegal importar, fabricar o poseer materiales cristianos o no musulmanes, y los cristianos son encarcelados y deportados por esa causa.
Sudán ha seguido los códigos islámicos desde 1983 y se declaró a si mismo como país islámico en 1991. Una brutal guerra civil emprendida por los musulmanes de Arabia del norte contra los cristianos y los africanos negros animistas del sur ha matado más de 2 millones de personas.
En Afganistán la aplicación rigurosa de las leyes islámicas ha sembrado tal odio hacia los cristianos que no tuvieron más iglesias abiertas ni un número significativos de cristianos reunidos en el país.
En Irán, los cristianos forman el 0.4 por ciento de la población. La pequeña población cristiana es tratada como una «segunda clase». La literatura cristiana es ilegal, los conversos del Islam a otra religión son perseguidos de muerte y la mayoría de la iglesias evangélicas son subterráneas».
En una entrevista a la edición italiana de ZENIT , Rodolfo Casadei recordó que, antes de la última guerra de Irak, los cristianos eran 800.000, mientras que ahora la mitad de ellos son prófugos en el extranjero o refugiados en el norte del país.
2.2 Regímenes socialistas y populistas.
La persecución llevada a cabo por los países de la órbita soviética ha sido de especial importancia para entender la situación contemporánea. El comunismo ha causado decenas de millones de víctimas en todo el mundo. En la China comunista, donde el cristianismo tenía una vida floreciente, se prohibió a los católicos toda comunicación con la Santa Sede y se les impuso una iglesia cismática, separada de Roma. Situaciones similares se han dado en Vietnam, que tantos mártires ha dado , o Cuba, donde aún hoy el régimen castrista continúa acosando a la Iglesia y se ha convertido a su ver en un nuevo referente para los antiguos populismos del cono Sur.
Un informe de 2011 de la Organización de Naciones Unidas reveló que 50,000 cristianos están en las prisiones de Corea del Norte atados, maltratos y sometidos a trabajos forzados, algunos de por vida. La represión por ideología es alta, intolerante a las formas de culto y opuesta al pensamiento cristiano, llevando a gran parte de la sociedad a cárceles, donde cumplen en campos de concentración sentencias acompañadas de tortura y tratos crueles e inhumanos.
El Juche (filosofía del régimen coreano), es la única forma de pensamiento totalmente autoritaria en la nación, que juzga severamente a cualquier otra forma de culto occidental o pensamiento que atente contra la forma de gobernar Corea del Norte, entre las que se encuentran el cristianismo con más de 400,000 adeptos, totalmente controlados por una propaganda antirreligiosa perseguidora de los creyentes en Jesucristo.
Según el Informe sobre la Libertad Religiosa en el Mundo que cada año presenta el Departamento de Estado Americano, la situación de Corea del Norte , es definida como «un régimen estalinista donde la libertad religiosa no existe y con el número más del mundo de presos a causa de la religión».
El caso de la Cuba revolucionaria es también muy siginificativo. Cuando Castro llegó al poder en 1959, decretó que los cubanos no tenía más que una elección: «socialismo o muerte”. Cuba fue declarada oficialmente un estado ateo.
No pasó mucho tiempo antes de que Castro marcara a católicos y protestantes como «escoria social» y comenzó a enviar al clero y los laicos frente a campos de trabajo.
La situación de la iglesia vino a mejorar en 1992, Cuba “Estado ateo», fue nombrado como «Estado laico» con libertad de religión. En el año 2000, las fiestas religiosas fueron reintegradas. Pero la retórica no siempre corresponde a la realidad. En 1999, a pesar de las cruzadas evangelísticas que se celebraron por primera vez desde 1959, también hubo informes de miles de Biblias quemadas. Los comentaristas informan que el régimen cubano de hoy quiere volver a una línea comunista más dura y de ideología atea. Se ha informado de que hay más de 300 «presos políticos» en la actualidad en Cuba declarados como «criminales contrarrevolucionarios”. Muchos de ellos son cristianos.
Ex presos que han dado testimonio han hablado de las malas condiciones y el tratamiento abusivo. A los evangelizadores cristianos se les puede confiscar la literatura religiosa – e incluso prohibir la entrada al país.
Las iglesias que no son aprobadas por el Consejo de Iglesias de Cuba enfrentan fuertes restricciones. Por ejemplo, no se les autoriza a construir o renovar los edificios.
En consecuencia, muchas congregaciones se reúnen en edificios en ruinas o se han visto obligadas a reparar sus instalaciones. La autorización para construir nuevas iglesias es también difícil de conseguir.
Esto ha llevado a un aumento constante del número de iglesias caseras. En 2005, el gobierno introdujo una legislación obligando a todas las iglesias caseras a registrarse ante las autoridades, pero la mayoría no lo han hecho.
Si el gobierno opta por aplicar esta ley y reprimir a los grupos no registrados, podrían ser desalojados o encarcelados.
Los países en la órbita cubana han quedado también fuertemente marcados por el anticlericalismo y anticristianismo tradicionales de las filosofías marxistas. Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) ha denunciado, a través de “una fuente cercana a los obispos de Venezuela”, que el gobierno de Hugo Chávez podría confiscar templos, escuelas y propiedades eclesiales en el país con el propósito de “eliminar el trabajo de la Iglesia”. Asimismo reveló que hace seis semanas en un área densamente poblada de Caracas, un líder distrital anunció los planes para expropiar diversas escuelas dirigidas por la Iglesia .
Algunos miembros del gobierno señalaron entonces que la iniciativa buscaba proteger construcciones de importancia nacional, pero «algunos representantes de la Iglesia temen que éste sea el primer paso para un programa general de confiscación que afectaría a las propiedades eclesiales en todo el país», dice la nota de AIN.
El régimen Chavista sigue siendo muy opaco para occidente pero algunas informaciones señalan que están muriendo o desapareciéndo jóvenes cercanos a la militancia cristiana .
«Chávez considera que la Iglesia es la enemiga del socialismo del siglo XXI cada vez que es crítica con el gobierno, sin ver que la Iglesia Católica solo está tratando de hacer que se escuche su voz cuando existe alguna injusticia »
2.3 Democracias occidentales.
Hablar de persecución del mensaje de cristo en las sociedades occidentales contemporáneas podría ser tildado de exagerado o demagógico. Es cierto que no hay legislación persecutoria, ni hay atentados terroristas contra los católicos por el hecho de serlo. En primer lugar hay que señalar, el daño superior que hace el liberalismo a la espiritualidad respecto al que causa la persecución violenta. Es especialmente flagrante cuando las democracias liberales agreden usando los medios de comunicación de masas, a todo lo que huela a sagrado. “¿Quién se extraña hoy en día de ver en la televisión ridiculizada una sotana? ¿Quién se sorprende de ver ninguneado al Papa en artículos de prensa? ¿Quién de que el cine trate al clero con desprecio, crueldad o con los más rancios hedores del anticlericalismo? ¿Se pierde en algún momento la oportunidad de recalcar en los noticiarios la “normalidad” de los comportamientos morales condenados por la Iglesia? ¿Se puede o no se puede hablar de persecución cuando los poderes públicos utilizan cuantas artimañas legales son posibles para clausurar, asfixiar o degradar la calidad de la enseñanza de los centros educativos religiosos?” El uso de los medios ha acabado generando un clima en el que se entiende, y casi se justifican ataques con gasolina a iglesias, profanaciones e interrupciones del culto que los respectivos ministerios de Interior no se molestan en perseguir pese a encajar en tipos penales de sus respectivas legislaciones.
Y en asuntos más corrientes, y que nos pueden afectar a cualquiera de nosotros. En ocasiones, reconocerse como católico puede suponer una traba para nuestra visibilidad profesional.
La tradición ilustrada nos ha dejado un peligroso leitmotiv en las democracias occidentales: la insistencia de que las manifestaciones religiosas deben circunscribirse al ámbito privado. Desecando poco a poco la religiosidad pública y sustituyéndola por un culto al estado y sus instituciones.
La Asociación Estatal de Abogados Cristianos (AEAC), ha denunciado ante la ONU hasta 153 violaciones de la libertad religiosa registradas en España desde el año 2004 .
La AEAC hace referencia al Gobierno español al referirse a las “violaciones reiteradas, persistentes y manifiestas de los derechos humanos relacionados con la libertad de religión o de creencias en España”.
Datos del Observatorio Antidifamación Religiosa recogen diversos ataques a sacerdotes, como los del 28 de febrero de 2007 en Toledo, y a imágenes e iglesias católicas, como los de iglesia de Santa Catalina Mártir de Majadahonda en 2009.
También reproduce acciones como el cierre al culto de la basílica del Valle de los Caídos por parte del Gobierno el 6 de abril de 2010, las agresiones laicistas en varias capillas universitarias, la llamada “procesión atea” prohibida el pasado Jueves Santo en Madrid, y el apedreamiento del escaparate de una librería de la capital española donde se exhibían varios libros de Juan Pablo II el pasado 9 de mayo. El informe recoge numerosas exposiciones y espectáculos como “Me cago en D…”, “Cómo cocinar un Cristo”.
Incluye insultos y amenazas a obispos proferidas públicamente por algunos colectivos y entidades, como la invitación a quemar la Conferencia Episcopal coreada en una manifestación a favor del aborto el 28 de septiembre de 2009, en una marcha del orgullo gay el 5 de julio de 2008 y en una concentración ante juzgados de Madrid en febrero de 2008.
Y cita también declaraciones ofensivas de representantes del Gobierno, políticos y altos cargos, como la del excomisionado para el apoyo a las víctimas del terrorismo Gregorio Peces-Barba al afirmar que los católicos “sólo entienden del palo” y que “Cuanto más se les consiente y se les soporta, peor responden”.
El mismo Benedicto XVI se refirió a la cuestión de la libertad religiosa en el discurso que entregó el pasado 16 de abril a la nueva embajadora de España ante la Santa Sede, María Jesús Figa.
Con motivo de la presentación de las cartas credenciales de la diplomática, el Papa señaló que en estos momentos “no faltan formas, a menudo sofisticadas, de hostilidad contra la fe, que se expresan a veces renegando de la historia y de los símbolos religiosos, en los que se reflejan la identidad y la cultura de la mayoría de los ciudadanos”.
Y destacó que la libertad religiosa no sólo se viola con la discriminación o la profanación, sino también con la denigración o la burla.
Benedicto XVI propuso una visión diferente de la religión, que considera una dimensión “inherente a la dignidad de la persona humana” y “un arma auténtica de la paz, porque puede cambiar y mejorar el mundo”.
Como muestra de la situación sólo en España, éstas son algunos de los titulares que hemos podido encontrar en prensa en el último año:
-Feministas queman una iglesia: “Tres litros de gasolina por las muertas por la moral”
-Obligan a una maestra de Granada a retirar una cruz de su departamento de religión
-El calendario de Logroño se acuerda de Mahoma, pero no de Cristo
-El Gran Maestre de la Gran Logia Simbólica Española respalda la retirada de crucifijos
-Abogados cristianos denuncian ante la ONU 153 violaciones de la libertad religiosa en España desde 2004
3. Propuestas para mejorar la situación de los cristianos.
Como hemos visto, la situación del critianismo en el mundo se encuentra amenazada por diferntes tipos de hechos. La defensa de la libertad religiosa de los cristianos no podrá sustentarse sobre un único pilar dada la diferente casuística de los ataques recibidos. Las acciones bélicas o violentas deben ser respondidas por las instituciones específicamente concebidas para ello, pero para eso deben convertirse en el objeto de conocimento y del interés de la opinión pública mundial. Antes de las revueltas egipcias pocas personas conocían en España la situción de los Coptos y si occidente desconoce algo, es como si no existiera. Dembemos reclamar ante las instituciones de ayuda a los refugiados y ante las instituciones upranacionales la atención ante estos sucesos.
Esa falta de visibilidad tiene mucho que ver con las modalidades de persecución que hemos tratado acerca del mundo occidental. Debemos tratar que el silencio mediático de occidente se rompa. Debemos ser, como dice el evangelio, la levadura, la sal. La injusticia es naturalmente desagradable al ojo humano, pero debemos ponerla delante de esos ojos.
Es necesario combinar todo esto con lo que en el ábito nacional y europeo podamos aportar. Los sistemas jurídicos continetales suelen reconcer la figura de la acusación popular, que permite personarse en los procesos, además de a la persona ofendida, a representantes de intereses públicos que hayan visto vulnerados los derechos de sus representados. Hay demasiados hechos que el ministerio fiscal no puede o no quiere perseguir. Nuestro deber como ciudadanos cristianos es tomar la iniciativa por parte del más débil, situarnos a su lado, y poner a sus disposición los dones que Dios ha puesto en sus manos. Organizaciones como HazteOir o la Asociación de Juristas Cristianos hacen uso de estas herramientas jurídicas para defneder a quién, por su situación, no quiere o no puede defenderse por sí mismo.
El cristianismo ha sido siempre un firme defensor del derecho de gentes; tenemos que recuperar esa tradición de defensa de los derechos del individuo. No podemos callar, no podemos dejar de coger la espada. No podemos consentir presentarnos un día ante nuestro creador con tan sólo la tibieza como divisa.