En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: «Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación.
La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.
Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás» (San Lucas 11, 29-32).
COMENTARIO
En el versículo número 16 de este capítulo se dice “Y otros, para tentarle, le pedían una señal del cielo”, justamente cuando Jesucristo había hecho el gran milagro de expulsar un demonio. Las frases fuertes del Señor en este pasaje son una respuesta a la provocación que se había relatado un poco antes. El gran tema que aquí se sugiere es el saber ver y saber mirar sin ojos turbios, sin maledicencia; los signos de Jesús están claros para quien confía en Él. A veces, los entenderemos del todo; otras intuiremos el misterio; pueden darse diversas actitudes. En todo caso, la música de fondo es que “para los que aman a Dios todo es para bien” (cfr. Romanos 8,28). Estar siempre abiertas al amor de Dios. Qué bien ha sido recogido en uno de los Prefacios de la Misa dominical. Se dice”…Tu amor al mundo es tan misericordioso que nos enviaste como Redentor a tu propio Hijo, y en todo quisiste que fuera similar a nosotros, menos en el pecado, para poder así amar en nosotros lo que amabas en Él…”
Aprendamos de Jesús, también cuando como en este Evangelio nos alerta. Confiando en que nos ama infinitamente. Volver a descubrir que su vida y su predicación son una invitación a la conversión, a la esperanza, al camino para el cielo, pero es preciso, por nuestra parte querer.
Pidamos a San José, hoy celebramos una de sus fiestas que como su nombre, que significa “Dios añadirá”, estemos dispuestos a seguir a Jesucristo, estando apiñados alrededor de Él a través de la lectura diaria del Evangelio.