La segunda víctima atormentada del aborto es la mujer. Millones de jóvenes se han hundido en el fraude del aborto. Sólo en España son más de 800.000 las jóvenes, en estado de gravidez, que han abortado desde que se despenalizó el aborto en 1985, y casi todas ellas están sufriendo lo que se denomina Síndrome postaborto. Así lo prueba la institución abortista más significativa del mundo, la Federación Internacional de Planificación Familiar, al aseverar que: «la incidencia del trauma postaborto para clientas de abortos quirúrgicos puede llegar a alcanzar hasta el 91% de los casos.»
Las jóvenes que abortan comienzan a padecer los síntomas postaborto, esto es; zozobra, desesperación, delirios, desvelo, embriaguez, drogadicción, desesperanza, psicosis… y suicidio. En la página web www.vidahumana.org se incluye un capítulo donde se expone las secuelas del Síndrome Postaborto
El Gobierno de Finlandia desveló tener siete veces más suicidios entre jóvenes que habían abortado, de acuerdo con un informe de 1997 sobre una muestra de 9.129 mujeres…, un estudio estremecedor y patético. Según los criterios del mundo, a las jóvenes que abortan no les pasa nada aparentemente, porque “como es legal…”; sin embargo, se ven afectadas por graves trastornos mentales: el 64% de ellas ingresan en sanatorios psiquiátricos después del aborto, según una investigación de la Universidad estadounidense de Baltimore y el 59% sufren trastornos psiquiátricos graves y permanentes tras el aborto, según la Real Academia de Obstetricia de Inglaterra.
En 2007, la artista británica Emma Beck, de 30 años, esperaba mellizos y abortó tras la ruptura con su novio, que no quería a los niños. Apareció ahorcada, dejando a sus parientes una patética carta: “La vida es un infierno para mí, yo nunca debería haber abortado, habría sido una buena madre. Le dije a todo el mundo que no quería hacerlo, hasta en el hospital. Estaba asustada, ahora es demasiado tarde. Morí cuando mis bebés murieron. Quiero estar con mis bebés, necesitan de mí más que nadie”.
En España, según informes del IPF, hemos saltado de 9.000 abortos en 1985, a más de 100.000 en el vencido año. Con este cantidad se evalúa que, diariamente, 266 bebés no ven la luz del día como resultado de este crimen, por lo que, en España, se ha rebasado el millón cien mil abortos desde que se legitimó la aplicación del aborto en el año 1985. Esto significa que cada 5,4 segundos se origina un asesinato a través del aborto.
Con estas cifras, España se ha trocado en el terruño occidental en donde más han aumentado los abortos en los últimos diez años. Actualmente, según el IPF, uno de cada seis embarazos, termina en aborto.
Otra de las graves secuelas del aborto, divulgada en los últimos años, es el carcinoma de mama. Junto con el gran acrecentamiento de los cánceres del aparato reproductivo de la mujer, el cáncer de mama ha tenido un aumento espectacular en los últimos veinte años, en todos los lugares donde se ha propagado el aborto.
En una investigación de la catedrática proabortista Janet Daling, divulgada por el “Journal of the National Cancer Institute”, en los casos en que había precedentes familiares de cáncer, se afirmaba que la madre que abortaba más tarde de los treinta años, el peligro crecía un 270%. Más aún: cuando las jóvenes abortaban a su primogénito antes de los 18 abriles, y tenían antecedentes familiares cancerígenos, el cáncer se presentaba rápidamente.
El doctor Nathanson, uno de los primeros defensores del aborto en los Estados Unidos, incluido el de su propio hijo, testifica afligido: “La Humanidad hoy se arrepiente de la esclavitud de ayer, y pronto se avergonzará del crimen del aborto».