Varias son las personificaciones del Tentador, quien adula para favorecer la apostasía; a quien se le identifica con el culto idolátrico. El demonio, es rechazado en la historia abiertamente y desenmascarado en los emperadores Diocleciano y Maximiano. Son quienes persiguen y someten a los suplicios a los confesores de la fe en Jesucristo. La renuncia a Satanás de Santa Basilisa, es la principal manifestación de un combate sin cuartel entre el creyente, el mundo, el demonio, y la carne; un combate entre los vicios y las virtudes.
Estas renuncias, señaladas en la exhortación de Basilisa a sus hermanas de comunidad antes de la persecución, ahora, aparecen de nuevo en el constante rechazo – más conocido ritualmente como la Abrenuntio diaboli-, de los mártires a las propuestas que les hace Martiano de apostatar.[10]
En IBC &49, encontramos la teología de la justificación paulina, (Vere pius Deus, qui iustificas animas peccatrices sine operibus), y la teología de la gracia de San Agustín, como una nota anti-pelagiana. Somos amados en nuestros pecados e independientemente de las obras.
La Sala capitular de la Catedral de Toledo, donde se celebra la Misa Mozárabe, se construyó sobre el Ad Epistolam primitivo, lugar destinado a ser la planta y fundamento de la torre. ¿No estuvo aquí el Baptisterium?
En San Giovanni Lateranense de Roma está en una torre aparte del cuerpo central del templo. Los baptisterios se construían en el lugar delmartyrium.
Hemos encontrado en IBC un Canon doctrinal y catequético, una praxis litúrgica, calendarios incluídos; las indicaciones in hoc loco, – la iglesia, el baptisterio junto a una fuente de aguas vivas, el lugar de la synaxis, la cámara de los catecúmenos, etc –[11], fueron un referente del Canon arquitectónico isidoriano a respetar en la edificación de las nuevas iglesias parroquiales de repoblación.
El canon IV del IV Concilio de Toledo afirma: “una misma fe y un mismo reino.” Al día de hoy se identifican con la advocación de los santos mártires de Antinoe, más de 100 iglesias parroquiales, y algunos monasterios: Samos, San Pedro de la Nave, que conservan las actividades parroquiales.
Las iglesias dedicadas a los mártires de Antinoé, fueron cediendo su advocación ante los cambios de titulares provocados por la Reforma de Gregorio VII (1020-1085), la reforma tridentina (1545-1563), y las adaptaciones pastorales ulteriores que postularon mayor variedad de advocaciones cristológicas, marianas, y de santos locales y universales.
[10] IBC & 51-52.
[11] VVAA, 2004, 155-158.