Su Majestad el Rey ha entregado este lunes el Premio de Derechos Humanos Rey de España a las religiosas Adoratrices en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares. Acompañó a las religiosas monseñor Carlos Osoro, arzobispo de Madrid.
Don Felipe ha subrayado su orgullo por el hecho de que nuestro país haya ofrecido y continúe ofreciendo al mundo personas como las Adoratrices, «con esa capacidad de proyectar un noble ideal a través de las sucesivas generaciones», según informa una nota de prensa del gabinete de la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril. Asimismo, el Rey ha destacado que las premiadas son «un magnífico ejemplo de la fuerza de cambio que supone el compromiso».
La Defensora del Pueblo ha resaltado la labor «valiente, generosa y loable sin límites» que realizan las religiosas para «defender los derechos de mujeres sometidas a tratos que atentan a su dignidad, a su libertad y necesitan de protección y amparo». Una labor que, según ha recordado, permite que las mujeres víctimas de redes de trata de seres humanos «puedan liberarse, encontrar un hogar e intentar empezar una vida distinta».
La superiora general de las Adoratrices, Teresa Valenzuela, ha agradecido este premio por ser una oportunidad para dar visibilidad a la realidad social de la trata de personas con fines de explotación. «Las víctimas son nuestra primera línea de batalla frente a la violencia que nuestra cultura es capaz de ejercer con las personas más indefensas y en situación de mayor vulnerabilidad», ha dicho.
El Defensor del Pueblo y la Universidad de Alcalá otorgan cada dos años este galardón, que está dotado con 25.000 euros. El objetivo es premiar la labor de entidades que en Iberoamérica, España y Portugal se distingan por su trabajo en la defensa y promoción de los derechos humanos y de los valores democráticos.