Seis días más tarde Jesús toma consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, sube aparte con ellos solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.
Entonces Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús: “Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. No sabía qué decir, pues estaban asustados. Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube: “Este es mi Hijo amado; escuchadlo”. De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando bajaban del monte, les ordenó que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Esto se les quedó grabado y discutían qué quería decir aquello de resucitar de entre los muertos. Le preguntaron: “¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?”. Les contestó él: “Elías vendrá primero y lo renovará todo. Ahora, ¿por qué está escrito que el Hijo del hombre tiene que padecer mucho y ser despreciado? Os digo que Elías ya ha venido y han hecho con él lo que han querido, como estaba escrito acerca de él”. Marcos 9, 2-13
Hoy nos vuelve a tocar comentar la Buena Noticia de la transfiguración conocida también como la manifestación de la gloria de Jesús a sus discípulos, Pedro, Santiago y Juan. Decimos que es buena noticia porque esta Palabra nos dice que Jesús se nos manifiesta, se nos ha manifestado en Belén, se nos ha manifestado en la Epifanía, se nos ha vuelto a manifestar en el Bautismo y nos va a mostrar el amor que nos tiene con su muerte y su Resurrección.
Hay tres palabras en este pasaje que me llaman la atención: Transfiguración del señor en luz y resplandor; la voz del Padre diciendo “este es mi Hijo amado escuchadlo” y en el paralelo del Evangelio de San Mateo, los discípulos tienen miedo y Jesús les dice: “no temáis”.
– La Transfiguración de Cristo nos revela nuestro propio destino como cristianos, y el destino que el Señor con su muerte y Resurrección nos alcanza a toda la humanidad. La Nueva Creación. “Por tanto, si alguno está en Cristo es una criatura nueva. Lo viejo ha pasado, ha comenzado lo nuevo”. (2a Cor 5,17) “Te transfiguraste en el Monte, oh Cristo Dios, y tus discípulos vieron tu gloria en cuanto pudieron; para que cuando Te vieran crucificado, comprenderían que Tu sufrimiento era voluntario, y proclamarían al mundo que Tú en verdad Eres el Esplendor del Padre”. (poema Kontakion, Romano Melodos)
– “Este es mi Hijo amado escuchadlo”, Hoy nuestra sociedad nos está invitando a escuchar muchos mensajes, pero en medio de todos ellos aparece el Señor y nos da este mensaje: “amaos unos a otros como yo os he amado” (Jn 13, 34). Este mensaje suena bien a pesar de que no le hagamos caso, hoy esta palabra nos invita a escuchar este mensaje creador, puede crear en nosotros una persona nueva capaz de amar incluso a los enemigos, puede crear en nosotros una nueva actitud, unos nuevos sentimientos.
– El miedo es uno de los sentimientos que más nos perturba y que más nos agarrota y Jesús nos dice hoy “no temáis, yo he vencido a la muerte y estoy con vosotros hasta el final de los tiempos. Esto lo podemos experimentar en la Eucaristía, y si Dios está con nosotros ¿quién contra nosotros?: “¿la tribulación, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, la muerte, la espada?” (Rom 8,35)