¿Es la maternidad la responsable de la situación de las madres adolescentes? ¿Se puede acusar a los bebés de que su madre no haya terminado los estudios? ¿La culpa de todo esto la tiene el no haber utilizado anticonceptivos? A simple vista, y según el estudio y las conclusiones de la investigadora del CSIC Margarita Delgado, cabe responder afirmativamente a estas cuestiones, pero pensemos ¿la culpa es de un tercero por venir, o de dos que deberían haber pensado con madurez la situación del momento?
Un estudio elaborado conjuntamente por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Complutense de Madrid en mayo del 2010, llamado ‘Maternidad adolescente en España’ concluye de la siguiente manera: “La maternidad en la etapa adolescente conlleva una notable aceleración del curso vital respecto a sus coetáneas que han sido madres pasada la adolescencia (…)”. Lo que viene a decir en definitiva que ser madre adolescente hará que tu vida profesional sea precaria, tu vida sentimental frágil y además no quieras a todos tus hijos, pues tendrás mas de los que era tu ideal.
Actualmente, los poderes públicos están incitando a los adolescentes a iniciarse lo antes posible en las relaciones sexuales pero con protección, por supuesto, sin parar a pensar si estos han alcanzado la madurez emocional adecuada para comprender lo que implica una relación sexual.
Una relación sexual no es un simple juego de placer generado entre un hombre y una mujer. Una relación sexual, por su contacto y unión física con la otra persona, genera una dependencia del otro y unos profundos lazos de unión que, según pretenden enseñar los poderes públicos, deberían quedar reducidos al sexo o al placer del momento. Además, para que no se compliquen la vida con un hijo, les incitan a emplear preservativos, dando a entender que los bebés inesperados son los peores males de una relación sexual, sin analizar todas las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) que se pueden contraer en este tipo de relaciones: clamidia, gonorrea, sífilis, virus del papiloma humano (VPH), herpes genital, tricomoniasis, piojo púbico, sarna y el VIH que produce el SIDA.
No importa que aumenten los contagios de SIDA, el VPH, la clamidia, la sífilis… ¡Lo importante es no quedarse embarazada! Pues, según la señora Delgado, una vida infeliz es consecuencia de tener un hijo siendo madre adolescente. Sin embargo, tener que vivir para siempre con alguna ETS –y no hablemos ya del SIDA que causa la muerte o el VPH la infertilidad- no provoca el rechazo de una futura pareja estable o el acceso a un buen trabajo profesional.
elegir la vida siempre es acertar
Es el momento de dejar de pensar en prevenir los embarazos adolescentes con políticas anticonceptivas que llevan más de 30 años fracasando en España y que no frenan los embarazos inesperados (según un estudio de la Clínica Dator, el 49% de los abortos que se realizan es consecuencia del fallo del preservativo).
Actualmente los síntomas del drama del aborto son negativos para la mujer: depresión, autolesiones, aberración hacia los bebés, pesadillas, insomnio,… En cambio, el embarazo potencia el esfuerzo por alcanzar metas familiares y profesionales. ¿Qué eliges: esforzarte más para obtener un trabajo y una pareja estable o padecer depresión, pesadillas insomnio, autolesiones, etc.?
No es justo atribuir al bebé la culpa de no obtener el éxito laboral deseado, o una pareja estable. Es el momento de ser responsable, pensar en las consecuencias de una relación sexual y razonar si estamos dispuestos a afrontar todas las consecuencias de la misma, con madurez. Si crees que no estás preparada para tener un hijo, no te la juegues, espera. Un preservativo nunca garantizará una fiabilidad del 100% para no quedarte embarazada, y el aborto tampoco solucionará tu vida. Solo con esfuerzo y responsabilidad es posible alcanzar los ideales que propone la señora Margarita Delgado, pero los anticonceptivos no solucionarán el problema.
Es responsabilidad de todos frenar este desorden de vida generado por las mentiras de unos y la pasividad de otros. Políticos, juristas, médicos, profesores, y sobre todo padres, tienen la responsabilidad de informarse de la realidad social en la que vivimos, porque las cifras actuales desmienten completamente las conclusiones antes mencionadas. Debemos actuar en consecuencia y con responsabilidad, de otro modo, dejaremos en mantillas a los genocidios anteriores de la historia, y nuestro futuro se verá abocado a la muerte no solo física sino moral. Lo más progresista que se puede defender hoy en día, es la cultura de la vida, pues a todos nos va la vida en ello.