Con estas advocaciones ha sido venerada por la devoción secular de los fieles, recordando los momentos de angustia y dolor por los que pasó la Madre de Dios y Madre nuestra a lo largo de su vida. Buenanueva recoge hoy aquí los textos evangélicos de los Siete Dolores de la Santísima Virgen:
Primer dolor: La profecía de Simeón
“Simeón los bendijo diciendo a María, su madre: Mira este está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti una espada te atravesará el alma“ (Lc 2,34).
Segundo dolor: Exilio de Jesús en Egipto
“El ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo” (Mt 2,13).
Tercer dolor: Jesús permanece en Jerusalén
“Al verlo, sus padres se quedaron atónitos, y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados. Él les contestó: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?” (Lc 2,48-49).
Cuarto dolor: María en el camino de la Cruz de Jesús
“Una mujer de entre el gentío levantó la voz diciendo: ¡Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron! Pero él repuso: Mejor: ¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen!“ (Lc 11,27-28).
Quinto dolor: María junto a la cruz de Jesús
“Junto a la cruz de Jesús estaba su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a la madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo” (Jn 19,25-26).
Sexto dolor: María recibe a Jesús bajado de la cruz
“José de Arimatea, que era discípulo clandestino de Jesús por miedo a los judíos, pidió a Pilato que le dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó. Él fue entonces y se llevó el cuerpo“ (Jn 19,28).
Séptimo dolor: La sepultura de Jesús
“José compró una sábana, lo descolgó de la cruz, lo envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro que estaba excavado en roca. Luego, hizo rodar una piedra sobre la entrada del sepulcro” (Mc 15,46).
Oración:*
Santa María, Madre del Señor,
has permanecido fiel cuando
los discípulos huyeron.
Al igual que creíste cuando el ángel
te anunció lo que parecía increíble
—que serías la madre del Altísimo—
también has creído en el momento
de su mayor humillación.
Por eso, en la hora de la cruz,
en la hora de la noche más oscura
del mundo, te han convertido en
la Madre de los creyentes,
Madre de la Iglesia.
Te rogamos que nos enseñes a creer
y nos ayudes para que la fe
nos impulse a servir y dar muestras
de un amor que socorre
y sabe compartir el sufrimiento.
* (Benedicto XVI, Vía crucis, IV estación: Jesús se encuentra con su Madre).