Con el nombre “Redemptoris Mater“ se denominan los seminarios misioneros-diocesanos fundados por el Camino Neocatecumenal en el seno de la Iglesia Católica para dar espacio a las vocaciones suscitadas en esta realidad de la Iglesia. Son seminarios diocesanos que dependen del obispo del lugar.
El primero se erigió en Roma en el año 1988 mediante decreto del Cardenal Vicario Poletti. Actualmente hay 72 seminarios “Redemptoris Mater“, distribuidos por los cinco continentes, con más de 2000 seminaristas formándose en ellos.
Más o menos todos sabemos lo que es un Seminario: si es Menor, que antes eran abundantes y que ahora ya son menos, se cursan los estudios primarios, la enseñanza secundaria y bachillerato; si es Mayor, se realizan los estudios propiamente eclesiásticos y se imparte la formación adecuada para recibir las sagradas órdenes del diaconado y presbiterado.
Aunque no todos los jóvenes sienten la vocación temprana, en general casi todos realizan sus estudios universitarios; la mayoría no se plantea la vida del sacerdocio, pero si muchos jóvenes tuvieran este pensamiento, es una decisión que aún no tienen suficientemente clara. Por eso, empiezan su carrera, unos la terminan, otros a lo largo de la misma sienten la llamada, otros tienen novia, salen con sus amigos por la noche, etc., es decir, nada extraño para un muchacho. Pero un día, el Señor les hace la llamada para dedicar la vida a los demás, de modo que ni la carrera, ni la novia, ni el dinero, sacia en esta vida, que sólo Jesucristo se la puede llenar. Es así como estos muchachos deciden irse al seminario. Es entonces cuando la Iglesia abre sus brazos para acogerlos, cuidarlos y formarlos para actuar “in persona Christi”, es decir, como el mismo Cristo.
En León, por ejemplo, además del Seminario Mayor S. Froilán, que tiene 400 años de historia, ha sido erigido canónicamente un Seminario Diocesano y Misionero Redemptoris Mater, “Virgen del Camino”. Este Seminario no sustituye al seminario conciliar, sino que está orientado a la formación de presbíteros misioneros. Dichos seminarios surgieron por iniciativa del Papa Juan Pablo II, son igualmente eminarios diocesanos y dependen totalmente del Obispo
Una de sus características es su orientación o vocación misionera, de manera que encarnan el espíritu del Concilio Vaticano II: “Los presbíteros deben llevar atravesada en su corazón la solicitud por todas las Iglesias” (Presbiterorum Ordinis, 10). Son seminarios internacionales, en un mundo presente dividido por nacionalismos, diferentes etnias, etc., donde la Iglesia hace patente su catolicidad, fruto de la acción del Espíritu Santo.
Los seminaristas, que proceden del Camino Neocatecumenal y continúan caminando durante su itinerario formativo, son formados para tener un corazón universal, dispuestos a llevar la Buena Noticia de Jesucristo a todos los hombres.
El Seminario Redemptoris Mater “Virgen del Camino” de León nació en una convivencia vocacional del Camino Neocatecumenal en Porto San Giorgio (ltalia), llamada de la “Merkabá” (carro de fuego) , el 15 de septiembre de 2007, fiesta de Ntra. Sra. del Camino, patrona de León.
Monseñor D. Julián López Martín, Obispo de León, asistió a aquella convivencia y vio cómo el Señor, por sorteo, escogía a nuestros nuevos seminaristas de entre todos los chicos que habían sentido la llamada y se habían ofrecido para este ministerio. Nuestro Obispo los acogió a todos posteriormente en su diócesis con paternal cariño.
Erección Canónica
En el Santuario de la Virgen del Camino de León, el día 24 de noviembre de 2007, se celebró una Eucaristía presidida por Monseñor D. Julián López Martín con ocasión de la firma del decreto de erección del seminario de León. La celebración contó con la asistencia de un nutrido grupo de presbíteros de la diócesis y con muchos hermanos del Camino Neocatecumenal de todo el noroeste de España: Asturias, Burgos, Valladolid, Zamora, Salamanca, etc.
El año escolar 2007-2008, ha sido el primer curso del inaugurado Seminario, marcado totalmente por la providencia del Señor. “Nuestro Obispo, el clero, los institutos de vida consagrada y los fieles, nos han acogido con gozo“, dice el Rector de este Seminario, D. Manuel Santos Flaker Labanda, presbítero de la Archidiócesis de Medellín (Colombia), natural de León y prestado a la diócesis de León.
D. Manuel, ¿por qué un Seminario Redemptoris Mater?
Los Redemptoris Mater son impulsados y animados por el Camino Neocatecumenal: desde esta modalidad de iniciación cristiana están surgiendo cuantiosas vocaciones sacerdotales. D. Julián lo vio propicio para su diócesis y lo solicitó: será una bendición para está diócesis y para otras.
¿Qué misión tiene un seminario en el siglo XXI?
Es un siglo muy importante; por eso necesitamos formar presbíteros para la nueva evangelización, con un nuevo celo y ardores apostólicos, que respondan a los interrogantes del hombre de hoy. Es verdad que la creación de los seminarios conciliares en el Concilio de Trento fue un gran acierto para la formación de los futuros presbíteros, por lo que la “institución seminario” debe mantenerse siempre, sólo que orientándose desde el espíritu del Concilio Vaticano II. Nuestro Seminario Redemptoris Mater ya está constituido: ya hemos hecho el primer curso con ocho seminaristas y hemos comenzado este segundo curso con tres nuevos seminaristas, inaugurándolo con una convivencia con nuestro Obispo. Cada uno de los jóvenes pertenece a una comunidad neocatecumenal en su lugar de origen. Las perspectivas de futuro están en relación a un número de veinte seminaristas y lo que Dios quiera.
Con esos tres nuevos, contamos con once seminaristas de siete nacionalidades.
Tres españoles:
– Pedro Rivas Chéliz, Madrid, 1.er año de Filosofía.
– Isaac Ubach Royo, Barcelona, 2.º año de Filosofía.
– Laín Macías de Miguel, Burgos, 2.º año de Filosofía.
Un polaco:
– Maciej Jurczyk, Gdansk, 2.º año de Filosofía.
Dos italianos:
– Giovanni Ludovico, Taranto, 2.º año de Filosofía.
– Davide Silvestrini, 2.º año de Filosofía.
Un salvadoreño:
– Luis Eduardo Avelar, 2.º año de Filosofía.
Un guatemalterco:
– Juan Andrés Girón, 4.º año de Teología.
Dos costarricenses:
– Enmanuel González, 1.er año de Filosofía.
– Raúl Alonso Aguilar Azofeifa, 1.er año de Filosofía
Un argentino:
– Ezequiel Ricardo Mayer, 1.er año de Filosofía.
¿Cómo se puede saber si un muchacho tiene vocación o no?
La vocación al presbiterado es sobrenatural, por lo que se necesita el discernimiento de la Iglesia. La vocación no es opcional; es una llamada que se acoge o se rechaza. Cuando un joven se pregunta si Dios lo llama, esa misma pregunta pone de manifiesto una inquietud, una posible llamada: Dios le insistirá como a Samuel; por eso se necesita tiempo y paciencia. Cuando el joven siente gusto por las cosas de Dios, por la liturgia, por la comunidad, por la estética del lugar de celebración, entonces conviene ayudarle, pues puede haber una vocación. En toda vocación hay un proceso y también hay alegrias, penas, frustraciones; pero el Señor le va confirmando y dando una paz interior.
Hoy en día que la financiación del Estado ya no existe como antes, ¿cómo se sustentan los seminarios, qué tipos de ayuda reciben y de dónde?
La financiación del Seminario procede de tres realidades: de las comunidades neocatecumenales, de la propia diócesis y de benefactores, que a través de becas sostienen a los seminaristas. Vivimos en precariedad, totalmente de lo que el Señor nos provee, sabiendo y experimentando que lo hace. Como nuestro Seminario al principio no disponía de un edificio adecuado para tal uso, mientras se habilita, los seminaristas son acogidos de dos en dos en casas de hermanos de las comunidades neocatecumenales de León que no los conocen de nada, pero que ofrecen voluntariamente sus casas, porque acogiéndolos acogen a Jesucristo.
¿Qué le podemos decir a esta juventud de hoy que piensa que eso de ser cura es un rollo?
Los seminaristas son chicos completamente normales; como a cualquier otro chico, les gustan las chicas y lo que a cualquier otro chico contemporáneo, sin ningún tipo de distinción. Algunos de ellos son profesionales con experiencia laboral; por ejemplo, tenemos un odontólogo, un fisioterapeuta, otros estaban terminando estudios universitarios, ingeniería, medicina, arquitectura, ingeniería informática. Algunos habían tenido novia antes de sentir la llamada. Todos ellos proceden de comunidades neocatecumenales, donde han descubierto su vocación. Son jóvenes con sus luchas, sus crisis; pero tienen dentro de sí la llamada de Dios y están llenos de alegría y generosidad.
¿Cómo es un día en el Seminario?
A primera hora de la mañana rezan las laudes, la primera otración deloficio divino, cada grupito de dos en casa de la familia que los acoge. A las 9 de la mañana nos encontramos todos en el Seminario Mayor S. Froilán para empezar las clases y, al terminar, se reza la hora intermedia. Luego cada grupo se va a comer a sus respectivas casas y después hay una hora y media de deporte o descanso. Sigue un tiempo de estudio hasta las siete de la tarde, hora en que se reza el rosario y se va a Misa. Al llegar a casa, se estudia otro poco, se rezan las vísperas, sigue la cena y, poco antes de acostarse, se reza la última oración del oficio llamada “Completas”. Estamos también unidos a grupos de evangelización dando catequesis de iniciación cristiana en varias parroquias de León. Estos chicos un día sintieron su vocación y salieron de sus casas para emprender una nueva vida entregada totalmente a Dios, con sus luchas y sus sufrimientos, pero viendo cada día la providencia de Dios en su historia diaria. Los seminaristas nunca llevan dinero, pero se lo piden al Rector para sus necesidades (ropa, material de estudios, libros, transporte, etc.), por lo que, viendo que viven de la gratuidad del prójimo, aceptan cualquier tipo de ayuda tanto para ellos como para la obra de remodelación de este Seminario, que tanto bien hará más pronto que tarde a esta sociedad.
Se dice que a quien ayuda a construir un seminario se le perdonan todos sus pecados. Para ponerse en contacto con ellos, el teléfono es: (0034) 636329215.