Cada 11 de febrero, Fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, la Iglesia en el mundo celebra la Jornada Mundial del Enfermo, esta vez con el lema “Era yo los ojos del ciego y del cojo los pies” y es una invitación a centrar la mirada en los enfermos y en aquellos que dan su vida y tiempo para ayudarlos.
“Sabiduría del corazón es estar con el hermano. El tiempo que se pasa junto al enfermo es un tiempo santo. Es alabanza a Dios, que nos conforma a la imagen de su Hijo”, escribió el Papa Francisco en su mensaje especial para este día.
“De igual modo, las personas sumidas en el misterio del sufrimiento y del dolor, acogido en la fe, pueden volverse testigos vivientes de una fe que permite habitar el mismo sufrimiento, aunque con su inteligencia el hombre no sea capaz de comprenderlo hasta el fondo”, añadió.
Asimismo, en el rezo del Ángelus del domingo 8 de febrero, el Pontífice bendijo las iniciativas que se desarrollarán por la Jornada Mundial del Enfermo y expresó que “curar a un enfermo, acogerlo, servirlo, es servir a Cristo: el enfermo es la carne de Cristo”.
A su vez, resaltó que todo cristiano “está llamado a llevar la luz de la Palabra de Dios y la fuerza de la gracia a aquellos que sufren y a cuantos les asisten, familiares, médicos, enfermeros, para que el servicio al enfermo sea realizado siempre con humanidad, con dedicación generosa, con amor evangélico, con ternura”.
Un día como hoy la Virgen de Lourdes se le presentó a la pequeña Santa Bernardita en aquella gruta donde emana un agua milagrosa y donde Dios ha obrado muchos milagros en favor de los enfermos de alma y cuerpo.