La presente semana la Iglesia celebra el Día de Todos los Santos, una festividad dedicada a todos los que después de haber muerto, ya han alcanzado el cielo, mientras que el día 2, Día de los Difuntos, la Iglesia y los fieles, rezan por aquellos que, aún se encuentran en el purgatorio para limpiar las consecuencias de lo pecados cometidos.
La fiesta de Todos los Santos, tal y como se conoce hoy, se remonta hasta el año 800, en aquella época se celebraba una misa que, como en la actualidad, no tiene ningún carácter lúgubre a pesar de que ahora se piense así por haber relacionado tanto la fiesta de los santos con los difuntos. De hecho, ha asegurado que el día de Todos los Santos es «de las grandes solemnidades del año litúrgico» como se demuestra en el hecho de que la misa se celebre de color blanco Por su parte, la festividad del día 2, que se remonta al siglo VII, se celebra como continuación de la fiesta de Todos los Santos y bajo el color litúrgico morado, invita a la penitencia y la oración, aunque tiene también una vertiente más popular.
En la conducta popular late una hermosa asociación de fondo entre los santos y los difuntos. Unos y otros nos precedieron con la señal de la fe. A unos y a otros les dedicamos nuestro recuerdo agradecido y lleno de afecto. Esa asociación de fondo es el misterio de la Comunión de los Santos, que confesamos en el Credo.
Sin embargo fuera de la Iglesia la muerte se oculta y se acalla. Casi nadie habla del cielo y, menos, del infierno, con lo que la vida no se ve como un viaje en el que importa el equipaje y el destino, sino como una carrera sin sentido. La propia muerte, y qué decir de la ajena, al perder su carácter de puerta de entrada en otro espacio, en otra dimensión, se está convirtiendo tan sólo en puerta de salida. Exit es el término más utilizado en el mundo anglosajón para el tránsito: salida al vacío.
Una muerte sin el horizonte del cielo es una pura extinción que, lógicamente, pone en marcha preocupaciones como la eutanasia y las asistencias que tratan de eliminar el dolor físico y el psicológico del fin de la existencia, que así queda al margen de los novísimos. ¡ Cicuta ¡ …. es precisamente el nombre de una sociedad norteamericana que promueve el suicidio asistido a los enfermos terminales.
Naturalmente, creer en la resurrección de la carne, de lo que hacemos profesión de fe en el Credo, cada vez resulta más difícil.
En este contexto se sitúa la actual moda de celebrar Halloween y asi se hace cada año con mayor fuerza tanto en colegios ,comercio, como en la sociedad en general.. La antigua costumbre anglosajona ha robado a estos días su estricto sentido religioso para celebrar en su lugar la noche del terror, de las brujas y los fantasmas. Halloween en definitiva marca un retorno al antiguo paganismo, como desgraciadamente está pasando con otras fiestas de gran tradición en nuestra cultura y religión como es la Navidad, ahora para muchos llamada “Fiesta del Solsticio de invierno “, la semana Santa “Vacaciones de primavera” etc. con lo que poco a poco vamos viendo como el verdadero sentido de tantas fiestas y acontecimientos que durante siglos han conformado y dado sentido a nuestra historia, tradición y religiosidad se van perdiendo en una sociedad cada día mas pagana y secularizada..
Por eso es de agradecer y admirar la iniciativa del grupo Kerygma, de la diócesis de Alcalá de Henares, cuyo carisma es el primer anuncio a través de la evangelización en la calle, y que convoca a una evangelización extraordinaria para el miércoles 31 de octubre por la noche, en la catedral complutense y alrededores.
Desde este grupo, afirman que evangelizar en la calle en Halloween «es una buena ocasión para testimoniar nuestra fe y esperanza cristiana ante la muerte, en la vigilia de la Fiesta de Todos los Santos. Una buena ocasión para anunciar el Amor de Dios por todos los hombres».
El evento se preparará a partir de las 20.30, con oración de alabanza, adoración, rezo del Rosario, y algunas claves prácticas para la evangelización en la calle. La misión propiamente dicha y las actividades con los niños comenzarán a las 22 horas, y se prolongarán hasta las 23.30, cuando habrá una procesión en la Plaza de los Santos Niños. A medianoche, se impartirá la bendición final con el Santísimo.
En su convocatoria, Kerygma invita a participar a todas las persona que quieran acercarse a Alcalá de Henares, bien sea para rezar en la catedral o para salir a evangelizar. Pero -añaden- también pueden participar, con su oración, las personas que estén lejos.