«Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.» Mateo 11, 28-30
¿A que descanso te refieres, Señor?
Yo siempre ando preocupado por mi vida, por la de mi familia, la de mis amigos, por mis tareas, mis ocupaciones… Mi cabeza siempre esta atareada. Muchas veces mas que mi propio ser y siento siempre cercanas tus mismas palabras “No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos? “Mt 6, 31. Son tantas mis preocupaciones… mis quehaceres de cada día…, Mis afanes…, mis locos pensamientos, por hacer mi trabajo bien, por ayudar a mis hijos, a mis nietos… Todo se convierte en preocupaciones y cargas que tienen siempre el trasfondo de la salud, del dinero y del amor, pero… buscándome siempre a mi….
Y escuchándote a ti siempre encuentro la Palabra de consuelo. Realmente tu siempre iluminas mi camino para no desviarme de la meta y ajustar mis pasos a esas huellas luminosas que tu vas marcando cada dia en los acontecimientos de mi vida. “¡Aprended de mi que soy manso y humilde de corazón!”. Cuanta torpeza Señor para tropezar tantas veces en el camino sin aprender de ti y cuanta paciencia me muestras cuando no te cansas de repetirme…”Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura.” Mt 6, 33 . ¡Por cuantas cosas sin importancia me afano!.
Por eso te quiero seguir pidiendo, un día mas, que tengas paciencia conmigo, que no te canses de hablarme para que yo sepa encontrarme contigo en los acontecimientos de cada dia. Que el yugo que rodea mis preocupaciones sepa dejártelo llevar a ti en la certeza de que … “Todo lo puedo en Aquel que me conforta.” Fi 4-13 Porque contigo Señor si puedo llegar donde nunca llego, porque con tu ayuda es posible hacer lo que de mi no sale, servir, ayudar, perdonar…amar. Porque si Tú guías mis pasos no me perderé entre las sombras del camino, porque si eres Tú el que me espera en las difíciles encrucijadas de mi vida sabré qué hacer, qué decir, qué contestar, como actuar. Necesito abandonarme en ti para no ser yo si no tu dentro de mi. Necesito tu descanso Señor , tu paz…. Esa paz y ese descanso distinto al que busca el mundo. Tu mismo nos lo dijiste… “Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo”. Jn 14, 27. Descansaré en ti este estupendo día.