En aquel tiempo, el virrey Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado, otros que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
Herodes se decía: «A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?» Y tenla ganas de ver a Jesús (San Lucas 9, 7-9).
COMENTARIO
Yo creo que si hoy hiciésemos una encuesta sobre el conocimiento que tiene la gente de Dios, la respuesta dependería de la edad de cada uno. Porque los que están jubilados o cerca de la jubilación sí que han oído hablar de Dios; para muchos incluso es importante. Los que les siguen en edad han oído hablar de Dios pero a la mayoría no les interesa. Muchos de los jóvenes ni siquiera han oído hablar de Dios ni de Jesucristo, porque hemos echado a Dios de la sociedad, de la educación e incluso de la cultura. El hombre de hoy no se plantea la salvación, solo que la sociedad funcione. Pero en los tiempos de este evangelio los judíos estaban esperando un salvador y se preguntaban si Jesucristo sería el Mesías o un profeta que venía de parte de Dios. Tanto hablaban de él que hasta Herodes tenía ganas de conocerlo. Pero hoy en día nadie habla de Dios. Me da pena decirlo, pero muchas veces ni los cristianos hablamos de Jesucristo o lo hacemos de forma vergonzante. ¿Cómo va a querer la gente conocer a Jesucristo?