Copacabana y Guaratiba, los grandes escenarios de la JMJ de Río
Galilea, en Tierra Santa, es uno de los emplazamientos más destacados del Evangelio. En sus campos y ciudades, bañadas por el mar de Tiberiades, tuvo lugar la vocación de los Doce, los grandes milagros de Jesús, las parábolas, las pescas milagrosas, las Bienaventuranzas, el encuentro con el Resucitado, la institución del primado de Pedro y el mandato misionero que Cristo dio a sus discípulos de todos los tiempos: Id y haced discípulos a todos los pueblos. Dos milenios después, en el otro extremo del mundo, otro mar, el que baña la conocidísima playa de Copacabana, volverá a escuchar ese mandato de los labios del sucesor número 266 de san Pedro, el Papa Francisco.
Porque allí, en la playa y en el paseo marítimo de Copacabana, se ha instalado el que será uno de los grandes escenarios de la JMJ de Río de Janeiro, donde esta tarde (a las 23 h. en España) los jóvenes tendrán el acto de acogida al Santo Padre, después de la visita de la mañana a la favela Manguinhos. El área del escenario de Copacabana supera los 3.000 metros cuadrados, y el Santo Padre estará ubicado junto a una enorme cruz de 17 metros. Se han dispuesto más de 600 sillas para obispos e invitados, habrá un área para la coral y la orquesta sinfónica, y, para que nadie pierda detalle, 26 torres de sonido y 16 pantallas de 8 metros estarán repartidas por la playa y el paseo marítimo. Además, en el escenario habrá una inmensa pantalla de 60 metros, y otras dos de más de 10.
Mañana, a las 15 h. en España, el Papa confesará a un grupo de jóvenes en el Parque de la Quinta da Boa Vista, y una hora después tendrá un encuentro con jóvenes reclusos, en el palacio arzobispal, donde más tarde saludará al comité organizador y almorzará con 12 jóvenes de todo el mundo. A las seis (23 h., en España), el Papa volverá a Copacabana para el Viacrucis.
El otro gran escenario será el Campus fidei, instalado en el árido terreno de Guaratiba, en el otro extremo de la ciudad. Allí tendrá lugar la gran Vigilia de oración del sábado, que comenzará a las 19:30 h. en Río (00:30 horas en España), y la Eucaristía de clausura, a las 15 h. (hora de España). El escenario de Guaratiba es todo simbolismo: el altar estará flanqueado por 360 torres blancas que recuerdan a un gran órgano de tubos; en el centro se ha situado una cruz de 33 metros, en alusión a la edad de Jesús cuando fue crucificado; y dos grandes torres de 14 metros en forma ojival (recuerdo de la arquitectura gótica) parecerán abrazar la cruz como dos manos en oración. Antes de trasladarse al Campus fidei, el sábado, el Santo Padre celebrará la Misa con sacerdotes, religiosos y seminaristas en la catedral de Río, a las 9 h. (14 h. en España); mantendrá un encuentro con la clase dirigente de Brasil, en el Teatro Municipal de Río (a las 16 h. en España), y comerá con los cardenales y obispos de Brasil. Después tendrá un tiempo de descanso y se dirigirá a la Vigilia.
Los peregrinos pasarán la noche en el Campus fidei y allí, a las 10 de la mañana del domingo (15 h. en España), celebrarán la Misa de clausura, y rezarán, a las 12 h., el Ángelus con el Papa Francisco. El Pontífice se dirigirá después al Centro de Estudios Sumaré, donde almorzará y tendrá un encuentro con el Comité de coordinación del CELAM. A las 17:30 h. (22:30 h. en España) tendrá un encuentro con los voluntarios de la JMJ y, después, se dirigirá al aeropuerto para la ceremonia de despedida, antes de partir de vuelta a Roma. Un completísimo programa que sólo persigue un objetivo: propiciar el encuentro con Jesús resucitado, vivo de verdad. Con el mismo, exactamente el mismo, que envió a sus discípulos desde las costas de Galilea, y ahora, desde las de Copacabana.