El término fobia viene del griego phóbos que significa “miedo, pánico, aversión”, y ya lo usaba el médico romano del siglo I, Celso. La fobia es una reacción incontrolable de miedo o pánico ante un objeto o situación específica, acompañado de muchos pensamientos negativos y de conductas de evitación de la situación fóbica, de un deseo impulsivo de evitar ese objeto o situación. La persona con una fobia reconoce que es un miedo desproporcionado, ilógicamente intenso y excesivo, pero no lo puede controlar. Su capacidad de autocontrol emocional ante la fobia es nula y llega a vivir con auténtico terror el hecho de afrontarla.
Las conductas de evitación y los pensamientos negativos son los que mantienen e incrementan el miedo y las reacciones psicofisiológicas en la persona que la padece. Las fobias son más frecuentes en mujeres que en hombres. Pueden producir un gran malestar psicológico y una gran incapacidad en la vida cotidiana. Pueden desarrollarse hacia hechos, objetos, animales, personas o situaciones muy diversas. La fobia produce un miedo muy intenso, irracional, desproporcionado e incontrolable.
Una fobia puede alterar la vida de una persona para siempre, pues el miedo es intenso y persistente. La fobia produce una intensa ansiedad anticipatoria, creando un gran temor e inseguridad con sentimientos de inferioridad y miedo a perder el control. La persona que padece una fobia siempre evita la situación temida que no puede controlar, y solo imaginándola experimenta hipersudoración, hipotensión o hipertensión, mareo o vértigo, taquicardia, temblores, tics, dificultad de respiración, cefalea o dolores musculares, agitación motora, parestesias o adormecimiento de partes del cuerpo, sentimiento intenso de inseguridad, deseo irrefrenable de escapar o salir corriendo (pánico), etc. Antes de la situación fóbica ya se dan estos síntomas que se denomina “ansiedad anticipatoria”, y esto es lo que produce la conducta de evitación.
Cuando la persona evita la situación temida, experimenta una sensación de tranquilidad y relajación, con lo que la conducta de evitación se refuerza en el cerebro cada vez que la lleva a la práctica. Sin embargo, la fobia aumenta y se hace más grave a medida que van aumentando las conductas de evitación.
La aversión que domina
En la ansiedad anticipatoria influyen mucho los recuerdos de experiencias aversivas del pasado y los pensamientos negativos (“no soy capaz”, “si voy me va a dar algo”). Los pensamientos negativos funcionan como un amplificador de los síntomas de ansiedad que produce pensar en la situación fóbica. Este mecanismo origina el fenómeno de que se den los síntomas de ansiedad de forma cada vez más intensa, sin que esté presente el estímulo fóbico. La persona tiene miedo a marearse, a que le dé un infarto, llanto, tristeza, parálisis, etc. y experimenta un miedo intenso e irracional.
En la fobia también se valora el grado de incapacidad que produce. No es lo mismo la fobia a hablar en público o montar en avión para una señora de ochenta años que para un joven ejecutivo que tiene que hablar en público en su empresa y tiene que viajar frecuentemente. En este caso, la fobia hace que no pueda trabajar, con lo que perder su trabajo le puede producir otros problemas psicológicos como sentimientos de inferioridad e inseguridad, baja autoestima, ansiedad generalizada o depresión. La fobia tiene una valoración clínica importante cuando altera de forma significativa la vida de la persona, modificando de forma importante su esfera laboral, social, familiar, de ocio, etc. Cuando la fobia es incapacitante se debe acudir a un especialista para tratarla.
En toda fobia hay un problema de ansiedad solapado. Por ejemplo, una persona que tiene fobia a los exámenes orales, los evitará siempre, dejará de estudiar y no llegará nunca a la universidad. Solo pensar en un examen oral le puede producir un ataque de ansiedad o pánico y tener un síncope con pérdida de conocimiento, que puede parecer un infarto.
Pánico incontrolable y desproporcionado
¿Por qué una persona genera una fobia? Hay que destacar varios factores relacionados con la infancia, la vida escolar, la adolescencia, la vida familiar, la personalidad de los padres, la rivalidad entre los hermanos, las experiencias o sucesos traumáticos en la vida personal, etc. También son importantes los factores internos como la personalidad. Hay varios tipos de personalidad o trastornos de personalidad que las producen. Los mecanismos más frecuentes para desarrollar una fobia son:
- Por aprendizaje. Una persona que ha visto a un primo, compañero de trabajo o un desconocido en la calle con un infarto, desarrolla la fobia a la sangre, a los médicos, a los hospitales, etc. Hasta una persona que lee una noticia en el periódico, por ejemplo, que alguien ha muerto por un rayo en plena tormenta puede desarrollar fobia a las tormentas, de manera que cuando haya una se encierre en el cuarto de baño con múltiples síntomas de ansiedad y no sea capaz de salir.
- Factores familiares. Un niño que sus padres o uno de ellos es muy miedoso y le educa de forma muy protectora, hablándole siempre de los peligros en el colegio, del coche, de montar en barco, de enfermedades, de salir de noche, etc. , desarrolla una o varias fobias por la sensibilidad que le han generado hacia ciertos estímulos. La fobia a la sangre, a las alturas, al mar, al dentista, etc., un niño la puede aprender de su padre o su madre porque lo ha visto desde pequeño.
- Experiencia aversiva. Por ejemplo, una persona que en un viaje estuvo a punto de tener un accidente de avión o de coche, ya no es capaz de coger el avión o el coche.
- Ansiedad situacional. Una persona que tiene un alto nivel de estrés o de ansiedad es más propensa a desarrollar fobias. Por ejemplo, una persona que tiene un nivel muy alto de ansiedad y se queda encerrada en el ascensor, es muy probable que desarrolle claustrofobia.
- Pensamientos negativos. Si una persona va desarrollando progresivamente más y más pensamientos negativos hacia una situación, se produce un miedo excesivo e irracional que la persona no puede controlar.
- Ansiedad anticipatoria. Cuantas más veces una persona haya experimentado síntomas de ansiedad solo imaginando o pensando un objeto o situación fóbica como el barco, el avión, las serpientes, arañas, la sangre, la altura, las tormentas, el ascensor, hablar en público, etc., mayor es la probabilidad de que esos síntomas se produzcan en la situación real, ante el estímulo fóbico. La ansiedad anticipatoria es muy importante en la etiología de las fobias, ya que los pensamientos y recuerdos son muy negativos, y hacen que el miedo sea más intenso y vayan aumentando los síntomas de ansiedad.
- Conductas de evitación. Un niño que desde el colegio evita hablar en público y llega a la edad adulta sin superarlo y evitándolo siempre (no va a una boda, no habla en la universidad, no tiene amigos, no es capaz de afrontar una entrevista de trabajo, no tiene pareja, etc.), no solo terminará con fobia a hablar en público sino con una fobia social generalizada que limitará toda su vida. Las conductas de evitación aumentan la intensidad de la fobia y la cronifican.
- Pérdida de autocontrol. Si una persona experimenta por primera vez una falta de autocontrol emocional en una situación, es muy probable que ya siempre ante tal situación tenga una fobia importante e intensa.
- Por ansiedad generalizada. En ocasiones el cerebro concentra la ansiedad que la persona tiene todo el día hacia un objeto o situación específica, generando una fobia. Sustituye una ansiedad general por una ansiedad más intensa pero concentrada en un objeto, persona o situación. Esto puede interpretarse como un mecanismo defensivo del cerebro.
- Por asociación de estímulos. Una persona que experimenta una gran ansiedad en una situación, por ejemplo, una montaña rusa, su cerebro asocia la ansiedad a la montaña rusa y en toda su vida evitará las situaciones similares.
- Personalidad. Una persona con personalidad dependiente, depresiva, ansiosa, evitativa, obsesiva, etc., tiene una mayor probabilidad de tener una o varias fobias. Tener una fobia aumenta la posibilidad de desarrollar otras.
Diferencia entre miedo y fobia
Cualquier objeto, suceso, animal, persona o situación puede convertirse en fobia, por eso es interesante distinguir entre miedo y fobia:
Diferencia entre fobias y obsesiones
A veces se pueden confundir las obsesiones con las fobias. Conviene establecer un diagnóstico diferencial:
Fobias más frecuentes
Las fobias con valoración clínica están aumentando mucho en las últimas décadas, porque ha aumentado el estrés y la ansiedad. Hay tantas fobias como personas, entre las más comunes destacan:
Fobias muy frecuentes: 1. Fobia a la muerte (tanatofobia). 2. Fobia a montar en avión, autobús, tren, metro. 3. Fobia a un ataque de ansiedad o de pánico. 4. Fobia a perder el control. 5. Fobia a salir a la calle (agorafobia). 5. Fobia al dolor (algofobia). 6. Fobia a las aglomeraciones 7. Fobia a caminar por calles muy concurridas. 8. Fobia a hacer cola. 9. Fobia a los grandes espacios. 10. Fobia a hacer cola en un semáforo. 11. Fobia a sentirse nervioso o con ansiedad. 12. Fobia a la soledad. 13. Fobia a las serpientes, ratones, reptiles. 14. Fobia a la oscuridad. 15. Fobia a la noche (nictofobia). 16. Fobia a las enfermedades (nosofobia).
Fobias a objetos: 1. Fobia a coger un cuchillo. 2. Fobia al polvo (amatofobia). 3. Fobia a la sangre (hematofobia). 4. Fobia a los venenos (toxifobia). 5. Fobia a los alfileres (aicmofobia). 6. Fobia a los metales (metalofobia). 7. Fobia a los astros (astrofobia). 8. Fobia a detergentes. 9. Fobia a todos los productos químicos. 10. Fobia a herramientas eléctricas.
Fobias a personas: 1. Fobia a los médicos (galenofobia). 2. Fobia a los dentistas (odontofobia). 3. Fobia a los ginecólogos (ginefobia). 4. Fobia a los extranjeros (xenofobia). 5. Fobia a los Inspectores de Hacienda. 6. Fobia a la suegra u otro familiar. 7. Fobia al jefe. 8. Fobia al vecino. 9. Fobia a los psicópatas. 10. Fobia a las mujeres. 11. Fobia a los hombres.
Fobias hipocondríacas: 1. Cancerofobia. 2. Cardiofobia. 3. Fobia al SIDA. 4. Sifilofobia. 5. Fobia al derrame cerebral. 6. Fobia a la enfermedad de Alzheimer. 7. Fobia a desmayarse o sufrir un colapso. 8. Fobia a volverse loco.
Fobias por hechos traumáticos: 1. Fobia a montar en avión. 2. Fobia a montar en barco. 3. Fobia a montar en tren. 4. Fobia a los túneles. 5. Fobia a los puentes. 6. Fobia a las alturas. 7. Fobia a conducir (amaxofobia). 8. Fobia a los exámenes. 9. Fobia a ir al cine, teatro, concierto, etc.. 10. Fobia a quedarse solo en cualquier lugar. 11. Fobia a ser atracado. 12. Fobia a ser secuestrado.
Fobias a situaciones: 1. Fobia a hablar en público (glosofobia). 2. Fobia a la suciedad (misofobia). 3. Fobia al agua (hidrofobia). 4. Fobia a la luz (fotofobia). 5. Fobia a conducir (amaxofobia). 6. Fobia a los ladrones (harpaxofobia). 7. Fobia a ser violada. 8. Fobia a una situación nueva (cainotofobia). 9. Fobia al calor, frio, tormenta, lluvia. 10. Fobia a ser envenenado (foxofobia). 11. Fobia a los cadáveres (necrofobia). 12. Fobia al polen. 13. Fobia a la primavera, verano o invierno.
Fobias a lugares: 1. Fobia a los espacios abiertos (agorafobia). 2. Fobia a los espacios cerrados (claustrofobia). 3. Fobia a lugares con mucha gente (antropofobia). 4. Fobia a las multitudes (oclofobia). 5. Fobia a las cimas, cumbres (acrofobia). 6. Fobia al mar, rio. 7. Fobia a nadar en lugares profundos. 8. Fobia a entrar en un bar.
Fobias a animales: 1. Fobias a animales en general (zoofobia). 2. Fobia a las serpientes. 3. Fobia a las arañas. 4. Fobia a insectos. 5. Fobia a los gatos (galeofobia). 6. Fobia a los perros (cinofobia). 7. Fobia a los ratones (musofobia). 8. Fobia a las picaduras (avispas, mosquitos, etc.). 9. Fobia a cucarachas, lagartijas.
Fobias de observación: 1. Fobia a hablar en público. 2. Fobia a dar clase. 3. Fobia a los exámenes. 4. Fobia a ponerse rojo cuando hay otras personas (eritrofobia). 5. Fobia al rendimiento sexual. 6. Fobia a beber o coger un vaso o copa cuando te miran. 7. Fobia a casarse. 8. Fobia a ser el centro de atención en cualquier reunión.
Fobias de la autoimagen: 1. Fobia a la obesidad. 2. Fobias relativas a alguna parte de la cara (dismorfofobia): nariz, orejas, papada, pelo, etc. 3. Fobia a no gustarle a nadie. 4. Fobia a no encontrar pareja. 5. Fobia a expeler malos olores (disismofobia). 6. Fobia a tener anorexia o bulimia. 7. Fobia a no ser valorado físicamente.
Otras fobias: 1. Fobia a volverse loco. 2. Fobias obsesivas. 3. Fobia a la alegría de tipo maníaco (querofobia). 4. Fobia a pensar cosas extrañas. 5. Fobia a la relación sexual. 6. Fobia a la impotencia.
Tratamiento
El tratamiento que ha demostrado ser más eficaz es la terapia cognitiva que elimina los pensamientos negativos, la ansiedad anticipatoria y en tercer lugar la ansiedad situacional y la fobia. La terapia cognitiva se acompaña de la técnica de exposición y afrontamiento, en la que la persona, en una lista de uno a veinte con gradiente de dificultad de menos a más, va afrontando y exponiéndose a situaciones que tienen relación con la fobia, de la más fácil a la más difícil, denominada “técnica de aproximaciones sucesivas”.