Tengo a veces la impresión —y esta puede ser una más de las confidencias que acostumbro— de que pienso demasiado en la posterior escritura. La que gustosamente me obliga el blog(¿) y la afición. Por ello, parece como si en tertulias, conversaciones, conferencias u homilías a las que asisto estuviera a la que salta. Es decir, como a cazar gazapillos o grandes gazapos para rebatir posteriormente por escrito. Como no creo estar “a la altura” de los suficientemente preparados, mal haría con este espíritu crítico y chinchorrero. Aunque puede que no lo parezca, lo dicho tiene que ver y mucho con el enunciado.
Desde los tiempos de crápula y orgías en los períodos de paz próspera en el imperio romano hubo un relajamiento tal de austeridad, disciplina y reciedumbre en las tropas legionarias y sociedad, que tuvo repercusión inmediata con la aparición de signos alarmantes de “feminidad”.
No; las muchas letras y menos el poco comer —pues gracias a Dios conservo a mi edad un apetito envidiable— no me hicieron, como a don Quijote, perder el juicio. ¿Qué no…? pues lo parece. ¿O no es disparatada la sentencia que acaba de escribir? ¿O es que acaso puede usted decir como novedad que es alarmante la feminidad mientras haya mujeres en el mundo…? ¡Nada!; que desvaría…
Vamos tú y yo —y perdonad el tuteo que utilizo recién incorporado a este blog en el que tal vez alguno me siga— a ver qué dice el diccionario de la RAE al respecto. FEMINIDAD: “estado anormal (subrayen, por favor del varón en el que aparecen uno o más caracteres sexuales femeninos”. Lo que para entendernos mejor, diríamos varones afeminados. ¿O no?
Por el contrario, FEMINEIDAD, dice ser al “carácter femenino de la mujer”. Delicadamente, lo contrario a mujer varonil o marimacho en román paladino. Sin delicadeza con otro apelativo que por supuesto omito. El que, a mi entender, sería tan anormal como feminidad en el varón. ¿O no?
Con la pretensión de minirrelato, digo como corolario que, según Perogrullo, lo anormal es contrario a lo normal. Y que sin faltar un ápice al respeto total que merece cada persona, dicen los doctores en medicina que muchas de nuestras anormalidades tienen cura. Si por lo dicho, alguien me acusara de homófobo le ruego tenga la amabilidad de consultar la definición de ambos términos en la RAE.
Carlos de Bustamante