¡No os lo perdáis: En el Museo del Prado hasta el 4 de Marzo del 2018 hay una exposición de arte contemporáneo alucinante! Se llama “El Espíritu de la Pintura” del artista Chino Cai Guo-Qiang.
Nada más entrar en la exposición me descuadró la técnica que utilizaba el artista y recorrí las obras con un espíritu inquisidor casi obsesivo, hasta que llegué al vídeo explicativo donde visualicé al artista en acción realizando sus cuadros. Cuando vi los pigmentos de color esparcidos sobre un lienzo y explotados con pólvora bajo cartones sujetos con piedras, casi tuve que contener la respiración. Pero ya cuando vi el polvo de color tras la explosión escapándose por encima del lienzo dejando rastro de humo impregnado sobre la tela … más bien tuve que contener la lágrimas.
Cai Guo-Qiang dice que con su trabajo procura captar “El Espíritu de la Pintura” no solo en las obras de arte sino en uno mismo. Utiliza la pólvora como medio para liberar las energías, siendo el propio medio energía en sí misma. Los alquimistas chinos hace mas de mil años denominaron la “pólvora” como “medicina de fuego“ insinuando que contenía connotaciones mágicas y curativas. El propio artista dice: “Anhelo que la pirotecnia sea capaz de liberar al espíritu hacia una dimensión más elevada”; en otras palabras, mediante la explosión pictórica procura liberar al pigmento de su esencia, al cuerpo del alma.
Sus obras son como halos de luz y sombras que te transportan hacia paisajes etéreos con los que te fundes y sueñas sin buscar un sentido, solo disfrutar de un estado de armonía casi intangible. Cuando comprobé que sus cuadros estaban realizados con marcas del paso de humo, comprendí enseguida que tal delicadeza impactante solo podía estar hablando de Dios. Más aún del aliento de Dios soplando sobre los lienzos y cuál fue mi sorpresa cuando más tarde leí en el catálogo a Cai Guo-Qiang afirmando lo siguiente:
“Si acaso la energía natural de la pólvora está relacionada con el Chi (Hálito Vital), cuando intento usar esta energía para despejar barreras dentro de mí mismo, el arte y la historia del arte y mi propia obra, entonces eso quiere decir que en la pintura fluye Chi, ¿o es que quizás no cesa de generar energía por si sola?” (p.21)
El artista está describiendo el concepto chino Chi que significa para ellos el aliento de vida: no solo engloba el aire que respiramos sino también todo aquello que nos comunica, nos relaciona, nos da coherencia y sentido a nuestra existencia. Chi define en la cultura china el nexo de unión entre lo humano y lo divino. Nosotros llamaríamos a este soplo de vida, raíz de nuestro ser: RUAH. En otras palabras esta exposición narra la marcas de la presencia del Espíritu Santo por nuestra vida; liberándolo de la materia para que fluya, impregnando a su paso nuestras acciones, nuestras palabras y nuestros sentimientos ¡Atrévete a explotar!
María Tarruella.