– He deseado enormemente comer esta comida pascual con vosotros antes de padecer, porque os digo que ya no la volveré a comer hasta que se cumpla en el Reino de Dios.
Y tomando una copa, dio gracias y dijo:
– Tomad esto, repartidlo entre vosotros; porque os digo que no beberé desde ahora del fruto de la vid hasta que venga el Reino de Dios.
Y tomando pan, dio gracias, lo partió y se lo dio diciendo:
– Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros; haced esto en memoria mía.
Después de cenar, hizo lo mismo con la copa diciendo:
– Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre, que se derrama por vosotros. (Lc 22 ,14-20)
El jueves posterior a la Solemnidad de Pentecostés se celebra la fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote. Pero en El, también todo el pueblo santo de Dios ha sido constituido pueblo sacerdotal. Somos y participamos con Jesucristo en su misión de sacerdotes, reyes y profetas: Los cristianos somos » una raza elegida, un sacerdocio real, una nación santa “(1 Pedro 2,9)
Esta festividad ha de ser pues para todos los cristianos un día para amar el sacerdocio de Jesucristo prolongado en sus ministros: Él no sólo ha conferido el honor del sacerdocio real a todo su pueblo santo, sino también, ha elegido a hombres concretos de este pueblo, para participar y prolongar públicamente en la Iglesia su sagrada misión . Ellos bautizan, renuevan en su nombre el banquete pascual de la eucaristía, administran los sacramentos, perdonan los pecados, bendicen y proclaman el evangelio etc . Su ministerio se inscribe en la acción de Dios que obra a través de ellos. Es un ministerio de amor y misericordia porque representan al mismo Jesucristo. En definitiva, son imagen del Buen Pastor que cuida de todas y cada una de sus ovejas.
Las palabras y la acción del evangelio de hoy, son como la quintaesencia de la misión sacerdotal concedida a sus ministros. Gracias a ellos la presencia real y sacramental en la eucaristía es posible. Este sacramento es el regalo más grande que Jesús nos pudo dejar y solo es posible gracias a sus ministros.
Día importante por tanto para bendecir y dar gracias al Señor por ello.